miércoles diciembre 18 de 2024

Nos hace falta presencia física

Piscis Restrepo  se unio a la Selección Colombia

Por: Pedro Gambetta

 Para la Copa América Centenario, por estos días en desarrollo en varias ciudades de los Estados Unidos de América, el Técnico de la Selección Colombia de fútbol, José Pékerman, ha decidido apostarle a la renovación, a un grupo joven, que para el próximo mundial pueda llegar maduro.

Sin duda es una buena decisión, conforme al carácter planificador de Pékerman. Y también es adecuado que haya mirado a México y al rentado colombiano para realizar ese recambio.

Sin embargo, Pékerman no sólo le está apostando a la renovación de un grupo humano, sino a una propuesta de juego para Colombia: un equipo liviano, de buen manejo de pelota, flexible, donde incluso los volantes de marca tienen la posibilidad de llegar con opciones de gol, como lo hace Sebastián Pérez.

Al respecto tengo la objeción de que le estamos apostando a un modelo de juego previsible y, por tanto, contrarrestable, para el que no tenemos variantes, no posicionales, sino de estructura.

A ese modelo de Pékerman se le gana (ya lo he dicho antes) quitándole la pelota y apretándolo en la salida, estrategia que se facilita por la falta de talla y presencia física en nuestros jugadores.

Al respecto deberíamos evaluar la manera como Independiente Santa Fe gana la Copa Suramericana, éxito que le debe, en gran parte, a la talla de jugadores como Baldomero Perlaza,  Yerri Mina, Leyvin Balanta, Sebastián Salazar o Yeison Gordillo. La talla no lo es todo, pero ayuda en un juego de choque como el fútbol.

Y tampoco digo que esté mal apostarle a la pelota, que, en últimas, es nuestro fuerte y reconocida identidad futbolística: la técnica. Lo que digo es que habría que combinar y complementar esa evidente fortaleza, porque, así como está configurado el equipo, un contendor torpe, pero con presencia física como Haití, nos puede intimidar y enredar.

Creo que las aspiraciones de está Colombia de Pékerman, en el continente y en un posible Mundial de fútbol, pasan por hacernos fuertes en el biotipo. Ahí don José peca de romántico. Nos estamos quedando con las mismas aspiraciones de segundos que tuvimos en el anterior Mundial.

Frente a un equipo como el Brasil que jugó hoy contra Ecuador, con todas sus debilidades, Colombia no podría responderle como le respondió Ecuador en el uno-contra-uno.

Y así pueden venir las lesiones. Lo del hombro de James puede ser un aviso.

Y no hablo sólo de una respuesta eficaz en el juego aéreo, a nivel de los defensas centrales, que ha sido nuestra eterna debilidad. Hablo de potencia colectiva, de PRESENCIA FÍSICA como un atributo o índice general del diseño del equipo. Ahí estamos dando ventaja.

  1. Además de insistir en la presencia de Baldomero Perlaza en la selección, un jugador que crece en técnica, valentía y flexibilidad (es un jugador de ida y vuelta, de largo aliento físico, que puede jugar de media punta, volante de marca, y hasta de marcador central), el único jugador que no me gusta en la selección, y que creo que desentona, es Farid Díaz (sí, con ‘i’ latina). No le veo la jerarquía para estar en la selección. Prefiero en ese puesto de marcador izquierdo a Frank Fabra, y como suplente a Dairo Mosquera, que antes de su lesión tenía un nivel de elite, y ya lo está recuperando.
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