martes julio 16 de 2024

Juguete roto

Esteban Jaramillo Osorio

Por Esteban Jaramillo Osorio.

No sé de donde salió el calificativo de “las súper poderosas”, en referencia a las jugadoras de la selección de Colombia. Costumbre nuestra la de sublimar el comportamiento de los deportistas, para no tener piedad luego con las críticas.

Sin despeinarse, sin mancharse, sin dejar huella, ha pasado hasta ahora el fútbol femenino por la olimpiada, de la mano de Felipe Taborda, el técnico, en medio de   cuestionamientos a su trabajo, a sus dirigidas y a los directivos por la peligrosa intromisión con revanchas en el armado del equipo, condicionando su rendimiento.

Los resultados dinamitaron el sueño olímpico y las ilusiones de las chicas elegidas. El poder competitivo cayó a un segundo plano por el bloqueo físico y futbolero. Las jornadas previas se saturaron de problemas, con castigos injustificados, retiros inconvenientes, lesiones y cuentas de cobro para   deportistas que alguna vez se atrevieron a alzar la voz para reclamar lo prometido.

En la cancha la falta de preparación fue evidente. Algunas jóvenes con exceso de peso, fuera de forma, y otras, buscando el brillo personal por encima del sentimiento colectivo.

De regreso de Brasil, deberían poner estas chicas en el espejo, como inspiración, una foto del pedalista Sergio Luis Henao que pago con su físico averiado, fractura de por medio, su aventura Olímpica después de un descomunal esfuerzo buscando una medalla.

Cuanto se valora hoy la presencia del profesor Pékerman en la selección de mayores, sin permitir el acceso de actores externos, dirigentes, empresarios y periodistas, que, con su sola presencia, reducen los márgenes de producción de los futbolistas seleccionados.

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