martes noviembre 26 de 2024

Casi 28 años para ganar otra medalla en boxeo de Juegos Olímpicos

11 agosto, 2016 Deportes

Yuberjen Martínez Plata

Río de Janeiro, 10 de agosto_ RAM_ Veinte y siete años, 10 meses y 11 días necesitó el boxeo colombiano para ganar una medalla en Juegos Olímpicos, este miércoles en los puños del antioqueño Yuberjen Martínez.

Martínez, de la división de los 49 kilos, superó por decisión 2-1 (todos anotaron 29-28, dos para él y uno en contra) al español Samuel Carmona, la mañana de este miércoles en el Pavellón Seis de Riocentro, y aseguró su paso la semifinal del próximo viernes.

El colombiano salió como siempre a la ofensiva, con un español que primero se movió, pero en el último minuto del asalto inicial se paró, que es lo suyo. El segundo también fue del colombiano, gracias a la ofensiva, pero el tercero fue para el español, que aprovechó que, por primera vez, en tres combates de los Juegos, Martínez rehuyó.

La última vez que Colombia ganó una medalla fue con el gallo atlanticense Eliécer Julio, en los Juegos de Seúl 88.

En esa oportunidad, el 28 de septiembre de 1988, Eliécer derrotó por decisión unánime 5-0 al japonés Matsushima Katsuyoki, campeón de Asía, en un rudo combate que terminó extenuado como en ningún otro, incluyendo el de semifinales.

Entre Eliécer y Martínez hay similitudes en cuanto a los rivales que antecedieron a sus peleas de medallas, peleas que son las más importantes –en relación a la jerarquía de los mismos.

Julio venció al alemán oriental René Breitdarth, subcampeón mundial y Yurbergen al filipino Rogen Ladon.

Eliécer fue despojado en las semifinales de aquellos Juegos ante el búlgaro Alexánder Hristov, medallista de plata. A Yubergen le tocará pelear el viernes contra el actual campeón mundial, Joahnys Argilagos,  que previamente ganó por puntos 3-0 al keniano Peter Warui.

Dios y el judo, los pilares de Yuri Alvear

Yuri batalló por el oro y, finalmente se quedó con la plata, para alcanzar su segunda medalla olímpica en su carrera en el judo.

Río de Janeiro, 10 de agosto_ RAM_ De rodillas en el tatami, mirando al cielo, con lágrimas, expone sus dos pilares: Dios y el judo. Dios le da las fuerzas para abrir un camino de éxitos con el judo. Los dos le cambiaron la vida.

Hija de Arnoi Alvear y Myriam Orejuela, y miembro fiel de la iglesia cristiana Misiones y Nación de Jamundí, en el Valle del Cauca, Yuri nació el 29 de marzo de 1986 en la tierra del cholado, en una familia de escasos recursos, por eso desde que tuvo uso de razón recuerda que sintió la necesidad de encontrar condiciones para estudiar y brindarle a su familia una mejor forma de vivir: El deporte apareció como una forma de ganarse la vida.

Su mejor amiga, Leidy Johana Álvarez, le dijo que la acompañara a un entrenamiento de judo, actividad que hacía parte de un proyecto iniciado por el técnico Ruperto Guauña, que consistía en aprovechar el tiempo libre de los jóvenes de Jamundí y del Liceo Técnico Comercial, en donde Yuri estudió el bachillerato.

Tímida, introvertida, Yuri asistió al entrenamiento, pero no se animó, se sentó en las graderías para observar cómo era. De repente escuchó la voz del técnico, quien la invitó a que hiciera parte del entrenamiento: “¡Venga practique!”, le dijo. Con temor, sin conocer el deporte, Yuri aceptó la invitación. “La primera clase fue de rollos hacia adelante y hacía atrás, y caídas de judo. Todo para mí fue muy fácil, me sentí muy bien y me gustó mucho”, recuerda.

Pero el estilo Guauña era diferente, no conoció el tatami los primeros días, porque lo primero era saber qué era el judo, por eso el entrenamiento era hacer planas en un cuaderno, sí, Guauña escribía en un tablero las reglas del judo con su significado, y los alumnos debían llevar un cuaderno con las planas de la terminología del deporte. “Gracias a esa escuela conozco muchos significados y palabras del judo, que otros deportistas no tienen”, reconoce.

Sus padres la apoyaron, moralmente le dieron toda la confianza, pero, económicamente no, no tenían como, hicieron el esfuerzo hasta donde pudieron, por eso, desde niña Yuri sintió el deseo de mejorar en la parte social y, por la situación en la que vivía, nunca pensó que fuera tan rápido y haciendo algo que le gusta, que la apasiona.

Cuando cumplió los 14 años empezó en serio a practicar judo. Gracias a su desarrollo motriz como deportista, se adaptó rápido, sus avances fueron muy rápidos. Comenzó a competir a los seis meses y se sentía muy bien, al punto de que 16 años después puede asegurar que “me sorprende por todo lo que Dios me ha permitido lograr”.

Sí, Dios, porque, así como el judo, sin Dios no habría podido, pues “sin Dios no puedo hacer nada. Él es lo primero en mi vida, es lo más importante, sé que tengo el respaldo de Él, sumado a que tengo unos principios de compromiso, disciplina y dedicación, porque sé que si quiero ser una gran deportista debo esforzarme y trabajar mucho, con la convicción de que Dios estará bendiciendo todo lo que hago”.

En el año 2004, Yuri dejó su casa en Jamundí, para trasladarse a Cali, en donde estudió su carrera, becada por Indervalle, con el compromiso de mantener buenos resultados deportivos. En el 2009 obtuvo su grado como Profesional en Deporte y Actividad Física, de la Escuela Nacional del Deporte. En el futuro le gustaría cursar un programa profesional de contaduría y perfeccionar el inglés.

Y los triunfos de Yuri llegaron rápido. Hoy ya suma más de 30 medallas internacionales, una más importante que la anterior, con dos títulos mundiales, un bronce olímpico en Londres-2012 y la de Rio-2016, con la que completó un Ciclo Olímpico impecable, que más allá de los triunfos, le ha permitido cambiar su vida, vivir del deporte.

“Aunque mucha gente me dice que en Colombia no se puede vivir del deporte, yo les digo que están equivocados, que desconocen el apoyo que tenemos como deportistas, de todos los beneficios que nos dan y les puedo decir que no sólo yo he vivido del deporte, sino que he podido ayudar a mi familia, a mis seres queridos para que tengan un mejor nivel social, con nuevas oportunidades”, dice con firmeza la segunda mujer de la historia colombiana en ser doble medallista olímpica.

En su día a día, Yuri vive muchos meses fuera del país, pues realiza sus entrenamientos en Japón, en donde el judo es arte, cultura y respeto. Allá adquirió muchas herramientas de disciplina y trabajo fuerte. “Lo bueno del Japón es que puedo ir a entrenar a universidades, en donde no hay rivales directas, pero igual, son muy fuertes” y todo, porque encontró al entrenador ideal, al japonés Noriyuki Hayakawa, quien admira el compromiso y la constancia de Yuri, por eso se jugó su carrera como entrenador para buscar la gloria olímpica con la vallecaucana.

Aficionada a coleccionar billetes de los países a donde viaja e imanes para la nevera de su mamá, Yuri comenta con entusiasmo, que su vida ha cambiado, y que cada vez la responsabilidad como deportista aumenta y el trabajo continúa con el objetivo de conseguir más triunfos para el país.

Y como sus pilares son el judo y Dios, cuando no entrena judo, que es muy poco tiempo en cada año, su tiempo se lo dedica a la iglesia, a Misiones y Nación de Jamundí, porque es cristiana y antes de llegar al más alto rendimiento internacional, tuvo un grupo de mujeres al que le dictaba clases de actividad física en las noches y cuenta con una casa de paz para invitar a jóvenes y adultos para compartir de Dios y del judo, de sus experiencias.

Es por eso que Yuri tiene claro que en judo no tiene temores y que a lo único que le teme en la vida es a siempre hacer las cosas bien delante de Dios, porque “si la mano de Dios no está conmigo, no voy a poder cumplir ninguno de los propósitos que tengo para mi vida, por eso mi principal preocupación es que Dios esté a mi lado y cuando siento que estoy bien con Dios eso me da confianza”, asegura Yuri, quien en Rio-2016 demostró que está de la mano de Dios, quien le abrió los caminos para conquistar la gloria en el judo olímpico

Yuri Albear logra para Colombia la medalla de plata en yudo

 Yuri Alvear durante su jornada épica de este miércoles, 10 de agosto, en el judo de Río 2016.

La colombiana Yuri Alvear, en su combate ante la británica Sally Conway, a quien derrotó.

Yuri batalló por el oro y, finalmente se quedó con la plata, para alcanzar su segunda medalla olímpica en su carrera en el judo. 

Río de Janeiro, 10 de agosto_ RAM_ Más gloria para el deporte colombiano en los juegos olímpicos de Río 2016 llega a través de la yudoca Yuri Alvear, quien venció hoy a la británica Sally Conway asegurando la medalla de plata. La colombiana enfrentó y perdió luego a la japonesa Haruka Tachimoto, quien obtuvo la de oro.

No es la primera vez que Yuri conoce las mieles de la victoria en unos olímpicos, ya que hace 4 años la colombiana había ganado una de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en la categoría de hasta 70kg.

Hace cuatro años, en Londres, el entrenador japonés Noriyuki Hayakawa pidió disculpas por la medalla de bronce, él quería más para Yuri Alvear, como si un bronce no fuera valioso para nuestro país. Ese día prometió más en Rio-2016 y este miércoles 10 de agosto lo cumplió. Con esta presea, Alvear igualó a la luchadora Jackeline Rentería, como doble mujer medallista olímpica en la historia de Colombia.

El trabajo de cuatro años, planeando el pico más alto del rendimiento de Yuri Alvear en agosto de 2016 fue perfecto. Porque en 2013 y 2014 fue a tope y supo de lo que era capaz. Fue dos veces campeona mundial. Así confirmaron que el oro o la plata olímpica eran posibles y por eso decidieron bajar las cargas en 2015.

Para muchos fue sorpresa. Yuri no fue campeona mundial en 2015. Terminó tercera. Y en los Juegos Panamericanos de Canadá, para sorpresa de muchos, fue bronce. Parecía que Yuri no llegaría bien a Rio y el bajón la alejaría de su sueño, sin embargo, todo fue planeado por Yuri y su entrenador. El 2015 fue de cambiar cosas, de bajar cargas, de saber que ya había sido campeona mundial dos veces y otro podio era posible.

El 2016 fue tranquilo, pocas competencias, poca actividad, mucho trabajo en silencio, hablando poco y con un premio inesperado: Abanderada por Colombia para Rio-2016. Desfiló en el estadio Maracaná con la bandera de Colombia y soñó más, ese bronce de Londres debía cambiar de color, pero sabía que tenía que seguir la batalla rumbo al valioso premio, al sueño dorado.

Estuvo concentrada en la villa olímpica, salió a entrenar y repasar conceptos con Noriyuki. Poco entrenamiento, por eso hasta se dio el gusto de ir el lunes pasado al coliseo de pesas para cantar el Himno Nacional con Óscar Figueroa. Vio a Óscar con el oro y se motivó más, el sueño creció.

Un día más y el 10 de agosto llegó. El sorteo le determinó un privilegio: Paso directo a la segunda ronda del cuadro de eliminación directa por ser una de las principales favoritas al podio. Por eso esperó a la puertorriqueña María Pérez que avanzó desde la primera fase y Yuri la venció con relativa facilidad.

En los cuartos de final se impuso sobre la española María Bernabeu y en la semifinal, luego de tiempo cumplido de cuatro minutos y en tiempo de oro antes del primer minuto, eliminó a la británica Sally Conway para meterse en la final contra la japonesa Haruka Tachimoto, quien en la segunda fase eliminó a la siembra uno y principal candidata al título, la holandesa Kim Polling.

En la final, el combate fue parejo, pero un descuido hizo que Yuri no ganara el oro, pero como premio, la medalla de plata, subió un escalón en el podio, ella quería el oro, pero como ella lo dice, confirmó que los tiempos de Dios son perfectos en su vida y el oro olímpico cada vez está más cerca.

La yudoka colombiana previamente le había ganado la puertorriqueña María Pérez, quien se retiró debido a una lesión. Posteriormente enfrentó a la española María Bernabéu, sobre la que triunfó para llegar a la instancia de hoy, cuando le ganó la de plata frente a Sally Conway, pero perdió frente a la japonesa Haruka Tachimoto.

Datos de Haruka Tachimoto:

Nombre completo Haruka Tachimoto

Fecha de nacimiento agosto 03, 1990 (Edad 26)

Altura y peso 1,68 m /5′ 6” — 70 kg / 154 lbs

Pruebas

Judo Hasta 70 kg femenino

“Estoy haciendo historia”: Yuri Alvear

“Estoy haciendo historia” Yuri Alvear

Su sueño era el oro, no le alcanzó, pero continuó su ascenso. Hace cuatro años ganó bronce en Londres-2012 y ahora se quedó con la medalla de plata en Rio-2016. El oro sigue pendiente y Tokio-2020 la espera para saber si podrá conquistar el podio completo.

Una vez terminó la competencia, las lágrimas salieron. Su entrenador Noriyuki Hayakawa bajó la cabeza, puso la frente en el tatami y cuando se miraron a los ojos, lloraron, controlaron el llanto rápidamente y salieron. Las sensaciones de tristeza eran notorias, pero la alegría también llegó de a poco.

En cada respuesta, Yuri se entusiasmó más. No ganó el oro, pero se quedó con la plata, es la segunda mujer colombiana en toda la historia que logró dos medallas olímpicas. Por eso cambió las lágrimas por la sonrisa y valoró el resultado. Reconoció a su rival y visualizó Tokio-2020.

– ¿Cuál es el sentimiento luego de ganar la medalla de plata?

Me siento muy contenta, quería la medalla de oro, no se pudo conseguir, pero bueno, contenta de tener la medalla de plata, agradecida con Dios por mejorar lo que fue Londres-2012, subir al podio nuevamente, sé que mi familia y compañeros están felices y las personas que me han apoyado durante todo este proceso.

– ¿Cuáles fueron las sensaciones en el momento de recibir la medalla de plata?

De satisfacción y de no creerme que estaba ahí en un podio olímpico, porque en la mañana llegué al coliseo y en pocas horas tengo colgada la medalla de plata, así que me siento muy feliz y contenta, por eso no hay palabras para agradecerle a Dios todo lo que ha hecho.

– ¿Qué significa la segunda medalla olímpica?

Significa mucho para mí porque Colombia es un país subdesarrollado en el judo, he obtenido títulos del mundo, una medalla de bronce en Londres, ahora una medalla de plata, siento que estoy abriendo el camino, estoy haciendo historia en el judo colombiano.

– ¿Por qué no se ganó el oro?

Creo que me apresuré un poco en la final, yo llevaba la ventaja, Japón es potencia en este deporte, pero así es el judo hay que arriesgar para poder ganar, me sentía bien, arriesgué, pero las cosas no me salieron y quedo agradecida con Dios por obtener esta medalla. 

– ¿La japonesa fue más precavida?

No creo, las cosas se dieron así, las dos queríamos el oro, unas nos salen y otras no, así son los deportes de combate, de situaciones, tal vez ella estaba esperando un poco mi ataque, porque sabe que yo soy ofensiva, soy agresiva y ese es el estilo que me ha dado muchos triunfos.

– ¿Algo para reprochar?

Absolutamente nada, di lo mejor de mí, me esforcé hasta el final en cada uno de los combates, llegué a la final y subir al podio es algo muy importante.

– ¿Qué tan cerca se sintió del oro?

Mucho, por mi planteamiento táctico, por los estudios que hicimos de cada una de las rivales, ya sabía cómo trabajar a la japonesa, me sentía muy bien, pero tal vez me apresuré un poquito, porque ese es mi estilo, es mi manera de ser.

– ¿Los Juegos Olímpicos de Tokio-2020 están en la mira?

Ahora quiero disfrutar mi medalla de plata, disfrutar con mi familia, tomarme un descanso con todas las personas que me estuvieron apoyando, ayer fue un día lleno de muchas emociones, mis compañeros me hicieron videos, mi entrenador japonés que no sabe escribir en español me hizo una carta, todos con el deseo de apoyarme.

– ¿Qué decía la carta de Noriyuki?

Que yo no estoy sola, que un 50 % es mío y el otro 50 % de él, que pierda o gane siempre va a estar ahí y que ahora yo no soy solo su deportista, sino que también hago parte de su familia. De hecho su familia me ha apoyado demasiado y eso es muy emotivo para mí porque es una persona que se vino de Asia para dedicar ya nueve años a mi deporte.

– ¿Qué tan importante ha sido estar en Japón?

Mucho, porque en Japón he podido realizar muchos de mis entrenamientos, he podido crecer mucho en mi nivel, muy agradecida con la empresa japonesa que me apoya, Miki House, porque han permitido que mis entrenamientos sean más fáciles allá.

– ¿Cuál es el mensaje para los colombianos?

A todos quiero agradecerles por todo el apoyo, que sigan orando, que sigan apoyando a todo el equipo colombiano porque quedan muchas más medallas por venir.

– ¿A quién le agradece?

A Dios, a todo el país, a mi entrenador, a mi familia, al Comité Olímpico Colombiano, a Coldeportes, a la Escuela Nacional del Deporte, a Indervalle, a Jamundí que en todas sus administraciones siempre me ha colaborado, es un equipo de trabajo muy grande que ha permitido todos mis logros. Quiero darle un saludo especial a todos los jamundeños, a mi tierra, donde me dicen que me vaya a vivir allá, pero no pudo por el deporte, sin embargo, en Jamundí me siento muy bien, la gente me conoce y respeto, un saludo a todos ellos.

La pesista Leidy Solís quedó a dos kilos de la medalla de bronce

A pesar del esfuerzo realizado, Leidy Solís no logró subir al podio olímpico en Río.

Río de Janeiro, 10 de agosto_ RAM_ La pesista vallecaucana Leidy Solís Arboleda no alcanzó el podio de los Juegos Olímpicos Río 2016, luego de ocupar el cuarto lugar de la categoría de 69 kilogramos, tras levantar 253 kilos en total durante la prueba, a dos de la medalla de bronce.

La colombiana era consciente de lo que se estaba jugando en estas justas y por eso desde el principio salió a buscar esa medalla. En la prueba del arranque alcanzó a levantar 110 kilogramos. En el primer intento levantó 106, en el segundo intento falló en los 110, que finalmente alcanzó en su tercera salida.

En esta primera ronda la colombiana culminó en el cuarto lugar, por detrás de la China Xiang Yanmei, la Kazaja Zhazira Zhapparkul y la egipcia Sara Ahmed. El reto no era fácil, pero en su primer intentó del envión, Solís logró levantar 140 kilogramos.

En la segunda salida subió a 143 kilogramos y veía cada vez más cerca la posibilidad de medalla, pues con un turno pendiente estaba a tan solo un kilo de la medalla de bronce, pues la egipcia con el tablero lleno apenas logró levantar 144 kilos.

Llegó el momento de la definición y con 146 kilogramos por levantar, Solís era medalla de bronce, pero en su salida falló y la medalla terminó quedándose en Sara Ahmed. La frustración para la colombiana no se hizo esperar, por haberse escapado esa medalla que estaba en las cuentas de la delegación en Río.

El podio finalmente quedó integrado por la china Xiang Yanmei (261 kg), La kazaja Zhazira Zhapparkul (259 kg) y la egipcia Sara Ahmed (255 kg). Leidy fue cuarta con 253 kilogramos y alcanzó el sexto diploma olímpico para Colombia en este deporte.

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