jueves julio 18 de 2024

Esteban Chaves es cuarto y Nairo Quintana quinto en la Vuelta a España

22 agosto, 2016 Ciclismo

Chris Froome y Esteban Chaves durante la tercera etapa

Como los buenos tahures, todos en la Vuelta a España trataban de esconder el mayor tiempo posible sus cartas hasta que la llegada a los casi imposibles 1,8 kilómetros que dan acceso al Mirador de Ézaro terminara por descubrirlas.

Aunque en esta primera mano de naipes, en una 71 Vuelta a España que tiene diez finales en alto y siete etapas de montaña, la mayoría de los aspirantes todavía disponen de varias jugadas para ocultar y destapar.

Todos los que atraían las miradas han estado delante, como el británico Chris Froome (Sky), el español Alejandro Valverde (Movistar) y los colombianos Nairo Quintana (Movistar) y Esteban Chaves (Orica), que han cumplido los pronósticos, pero otros ya han empezado a ver cómo sus opciones se alejan, como el español Alberto Contador (Tinkoff) o en mayor medida el holandés Steven Kruijswijk (Lotto Jumbo) que se ha dejado casi dos minutos.

Contador ya había anticipado que esta jornada, más que descartar a alguno, iba a ser «importante para sacar conclusiones y hacer una evaluación», además de acertar en que en la contrarreloj por equipos el Sky y el Movistar habían mostrado su superioridad en la que le habían aventajado en 52 segundos y en la llegada al mirador coruñés la han reafirmado.

El que también trataba de proteger en lo posible a su hombre en los pronósticos previos era el director del Orica, el australiano y residente en España Neil Stephens, que consideraba que es «un final demasiado duro para Esteban (Chaves)», aunque al final no ha cedido tiempo y se une por propio derecho a los que apuntan a hacerse con el jersey rojo final».

El peor parado de la jornada, como consecuencia de una dura caída en los últimos kilómetros, ha sido el colombiano Miguel Ángel López (Astana) al que muchos apuntaban como la revelación de la carrera española y que ha perdido todas sus opciones. Su debut en una grande no ha podido ser más desafortunado.

Justo lo contrario del español Rubén Fernández (Movistar), maillot rojo de la Vuelta tras su segundo puesto en la etapa y que ganó en 2013, un año antes que el colombiano el Tour del Porvenir, y que con su actuación apunta a poder ser una de las sorpresas de la carrera.

El problema del murciano de Churra, a sus 25 años, es que está en un equipo que cuenta con otros dos líderes y aspirantes al jersey rojo, su paisano Alejandro Valverde y Nairo Quintana.

Para el Sky que dirige Dario Cioni, ceder el liderato que han lucido durante dos días con el británico Peter Kennaugh y el polaco Michal Kwiatkowski puede resultar un cierto alivio el ceder el control del grupo que han realizado durante la etapa, a pesar de haber apuntado previamente que su equipo no iba a correr «como en el Tour» donde sometió a su dictadura al resto de participantes sin mostrar fisuras.

La duda que a buen seguro habrá empezado a resolver es el estado de forma de su líder Chris Froome porque antes de afrontar Ézaro decía que no tenían claro «en qué estado físico se encuentra» tras ganar el Tour y participar en los Juegos Olímpicos.

El británico de origen keniano, en una nueva demostración de su ciclismo control, con una ascensión a Ézaro de menos a más en la que dé inicio parecía que podía perder todo y la ha terminado con los mejores, le ha dado la respuesta a Cioni. Solo queda por saber qué factura puede terminar pasándole la acumulación de esfuerzos.

Uno de los que conoce cómo se las gasta Ézaro, que ya vivió en 2012 la única ocasión en la que hasta hoy había sido final de etapa con triunfo de Joaquím «Purito» Rodríguez (Katusha), es el estadounidense Andrew Talansky (Cannondale), que era consciente de que le iba a resultar muy difícil seguir el ritmo de los mejores porque «no es un final que se adapta» a sus «características».

Al igual que en aquella ocasión, en esta cuarta etapa ha cedido algo más de un minuto (1:15) y espera, como entonces, poder meterse entre los diez mejores de la clasificación general final porque en 2012 fue séptimo.

Todavía quedan diecisiete etapas por delante, y los protagonistas seguirán intentando no mostrar su juego a sus rivales, en una carrera en la que casi nadie está dispuesto a asumir el peso del liderato.

 

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