miércoles julio 31 de 2024

Víctimas pagamos el costo de la paz con el perdón, dijeron víctimas del conflicto al Presidente Santos

27 octubre, 2016 Política Jesús David Gómez
“Tenemos que perseverar en la búsqueda de la paz”, dijo el Presidente Santos a los jóvenes del Campamento de la Paz, este jueves en la noche, en la Plaza de Bolívar de la capital del país.

“Tenemos que perseverar en la búsqueda de la paz”, dijo el Presidente Santos a los jóvenes del Campamento de la Paz, este jueves en la noche, en la Plaza de Bolívar de la capital del país.

​Por: Jesús David Gómez

“Las víctimas pagamos el costo de la guerra con la vida de nuestros seres amados. Ahora pagamos el costo de la paz con el perdón que ofrecemos”.

Estas palabras están grabadas en uno de los presentes más especiales y de mayor simbolismo que el Presidente Juan Manuel Santos ha recibido en sus más de seis años de mandato: una pequeña caja blanca que adornada con una cintilla tricolor, alberga mensajes de cientos de colombianos que han querido expresar su respaldo a la búsqueda de paz emprendida por el Jefe del Estado.

Y es que el recorrido que tuvo que transitar ese pequeño estuche para llegar a manos del Presidente Santos fue maratónico.

Varias decenas de colombianos, víctimas del conflicto, partieron desde la ciudad de Cali con el propósito de llegar a Bogotá.

Cargados de una voluntad infranqueable, recorrieron a pie los cerca de 500 kilómetros de separan a la capital, de la tierra de la salsa y el azúcar.

Durmieron en 15 municipios, donde recogieron los mensajes de apoyo de cientos de ciudadanos dirigidos al Presidente Santos y tomaron fotos de las poblaciones que los acogieron y los hicieron sentir como en casa.

Pese a ello, el cansancio era evidente a su llegada a la Plaza de Bolívar.

Pero así mismo, era inocultable la alegría del objetivo cumplido.

Una vez en el corazón del centro de Bogotá fueron informados de que el Presidente Juan Manuel Santos los visitaría.

Había ansiedad y nerviosismo entre ellos. Vestidos con camisetas blancas y mensajes alusivos al clamor de ¡Acuerdo Ya!, esperaban con ansias el momento.

Por la esquina suroriental de la Plaza de Bolívar y sobre la carrera séptima hizo su aparición el Presidente Santos. Faltaban pocos minutos para las siete de la noche.

A su encuentro salió John Jairo Hoyos, hijo de Jairo Javier Hoyos, uno de los 11 diputados del Valle del Cauca, secuestrado y muerto en cautiverio a manos de la guerrilla de las Farc.

John Jairo es un hombre de corta estatura, pero de gran carisma, nobleza y fortaleza mental.

Saludó con afecto al Jefe del Estado, que sonriente aceptó la bienvenida.

El Presidente Santos era esperado por los marchantes que desde el Valle habían arribado a Bogotá.

“Felicitaciones a ustedes por este ejemplo que le están dando a todo el país, ejemplo de persistencia, ejemplo de perseverancia y ejemplo de perdón”, les dijo el Premio Nobel de Paz 2016, visiblemente conmovido.

John Jairo estaba emocionado. Al entregar la caja al Presidente Santos, le dijo con la voz entrecortada: “Usted queda inscrito en el corazón de las víctimas, señor Presidente”.

A lo que el Mandatario respondió: “Y ustedes ya están inscritos en mi corazón hasta el día en que me muera. Muchas gracias”.

Compartió con ellos unos minutos, mientras cantaban en una sola voz: “Para la paz todo; para la guerra nada”.

Una vez el Presidente Santos se retiró, John Jairo Hoyos explicó las razones que lo motivaron a recorrer el tortuoso camino que desde Cali conduce a Bogotá.

“La filosofía de ojo por ojo nos deja a todos ciegos. El perdón es el camino para encontrar la paz, la liberación y la reconciliación”, aseveró.

Y con lágrimas que se esforzaba por contener, afirmó que el recuerdo de su padre estuvo presente en cada metro de su caminar.

“Fue una caminata llena de amor, porque traía en el corazón a mi padre”, expresó.

Visita al campamento

A pocos metros de donde estaban ubicados los marchantes se encuentra el campamento en el que durante semanas han permanecido más de un centenar de jóvenes, con el propósito de promover la consecución de un nuevo acuerdo lo más pronto posible.

El Mandatario ingresó al campamento. Es una pequeña aldea improvisada en el centro de la ciudad donde hay plantas, ofrecen café y almojábanas, las cuales se mezclan con las carpas y el equipaje de quienes allí se encuentran.

El Presidente fue recibido con emoción y aplausos.

Katherine Miranda le estrechó la mano al Mandatario y le entregó una soga.

“Le entregué una soga. Usualmente cada uno tira para su lado, esta vez le dije al Presidente: No, no podemos cada uno tirar para su lado. Nos toca ayudar a destrabar, entonces esta soga estaba llena de nudos, vamos a desatar estos nudos que tiene el proceso de paz, para poder seguir adelante”, explicó.

Así mismo Katherine, de expresivos ojos verdes, exaltó el espaldarazo que significó la visita del Premio Nobel de Paz al campamento.

“Para nosotros fue muy gratificante ver que el Presidente se dirige hasta acá y nos responde”, manifestó con emoción.

Tras recibir la soga, el Mandatario se dirigió a los presentes en el campamento y les agradeció por su perseverancia.

“Eso que ustedes están defendiendo es exactamente en lo que yo estoy empeñado en las últimas tres semanas desde que ustedes comenzaron: siete días a la semana, 24 horas al día hemos estado buscando eso, que el acuerdo se pueda firmar ya, el nuevo acuerdo ya y el cese al fuego, no hasta un tiempo sino definitivo para toda la vida”, les expuso el Presidente Santos.

Sus palabras fueron respondidas con afecto y algarabía.

Luego lo invitaron a tomarse una foto con ellos y a escuchar las notas de una canción que ellos califican como “El Himno del Campamento”, cuya letra estaba acompañada por el retumbar de unos bongoes, el vibrar de las cuerdas de una guitarra acústica y un violín.

“Viva la Paz

Estamos unidos como colombianos

Dispuestos a olvidar el pasado”.

El Presidente Santos escuchaba con atención, pero cuando a mitad del himno entró un estribillo de rap, se le iluminó el rostro y una sonrisa reflejó su sorpresa y alegría por tan llamativa muestra de talento.

Tras compartir con ellos unos minutos más, el Jefe del Estado partió de regreso al Palacio de Nariño y fue despedido por Manuel Llano.

Manuel tiene pelo largo y una frondosa barba que cubre gran parte de su rostro.

Es uno de los líderes del campamento y puso de manifiesto su satisfacción por la visita del Presidente Santos.

Explicó las motivaciones de esa iniciativa y el día a día de lo que califica como un territorio de paz.

“Hemos hecho la tarea bien hecha. Hemos estado aquí resistiendo y mandando un mensaje”, señaló Llano.

Explicó que con su presencia en la Plaza de Bolívar quieren “darle un espaldarazo a la Mesa, darle un espaldarazo a los acuerdos y apoyar de esta manera, desde este ejercicio ciudadano pacífico la construcción de este pequeño paso para la paz”.

Recalcó que, como lo dice con frecuencia el Presidente Santos, hay que perseverar, lo que unido a una convivencia sana, es la clave de la cotidianidad del campamento.

“Esa perseverancia la unimos nosotros a una convivencia sana, a una pedagogía. Digamos que no estamos solo acampando, estamos construyendo un territorio de paz. En esa medida hacemos eventos, talleres”, sostuvo.

Manuel Llano es optimista y tiene la esperanza de una Navidad en paz.

Y así describió en unas breves palabras la impresión que le causó la visita del Presidente Santos al campamento:

“Él (el Presidente) está jugado todo por el todo. Está metido completico en los acuerdos, está empujando hasta más no poder (…). Siento mucho respaldo, mucha fuerza de parte de él”, concluyó Llano mientras observaba alejarse al Nobel de Paz.

Y así, comprometido de lleno a la apuesta de la paz, el Presidente Santos regresó a Palacio con energía renovada, porque como él mismo lo expresó, la ciudadanía es la ‘gasolina’ para seguir en la búsqueda de ese propósito nacional de vivir en paz, el objetivo más noble de cualquier sociedad.

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