El regalo de navidad

 Por Esteban Jaramillo Osorio

_ Otra vez Falcao en primer plano; otra vez la felicidad de un pueblo, el nuestro, que anhela con entusiasmo verse en el mundial. Otra vez el ritmo frenético de sus goles.

Otra vez James, su socio, con el que se entiende a la perfección, con la mirada, con el toque que une líneas, que abre espacios, que aclara caminos; conectado de nuevo a las hazañas del Real Madrid.

Otra vez los ídolos llegando a la mejor dimensión, como en la antesala de Brasil que nos ponía a soñar. El mejor regalo para los futboleros que amamos la selección… El mejor regalo de navidad.

El fútbol es estado mental, es sintonía colectiva, es ritmo, es sacrificio, es firmeza frente a la adversidad que trae siempre, entre las alegrías imperecederas de los triunfos, pasajes resbaladizos por los extravíos de la fama, o las lesiones que arremeten inadvertidas, inoportunas, sin piedad.

No fue llorón Falcao, cuando rodó en caída libre por enfermerías y gimnasios en su extenuante recuperación. Cuando peregrinó de club en club, buscando un reencuentro que solo el Mónaco le dio, por la solidaridad, la amistad de camerino y la confianza en sí mismo. Ya no son nostálgicas aquellas etapas retroactivas cuando se paseó por la elite de futbol mundial, cercano al balón de oro.

Ha entendido James que el regreso depende de él, no de las fuerzas que ve contaminadas, que llegan del exterior. Que tiene fútbol para reinstalarse entre los grandes, donde debe estar, por su calidad y su influencia en las victorias de su equipo. Que tanto el como Falcao, son estrellas de talla mundial.