El alcalde de Neira estuvo a punto de renunciar
El Alcalde de Neira, Marino Murillo Franco, estuvo a punto de renunciar cuando seis concejales del bloque opositor votaron en contra de un proyecto que pretendía cambiar los usos de suelo para la construcción de la Normal del Rosario.
“Yo estaba seriamente decidido en irme si no se aprobaba. Consideraba que no valía la pena la lucha”, expresó en una entrevista con RONDA LIBRE, en la que anuncia la actualización catastral para garantizarle más recursos al municipio, así tenga que asumir el costo político de tal decisión.
Murillo habló con EJE 21:
¿Cómo termina el año?
El balance es totalmente positivo. El primer año, como todos lo sabemos, es de planificación. Sin embargo, en Neira ha sido de realizaciones.
¿Cómo encontró el municipio?
Bien gerenciado en la parte administrativa. En la parte social encontramos unos baches que había que solucionar y en eso estamos. La gente tiene que tener confianza y los ciudadanos tienen que acercarse e incluirse. De ahí nuestro slogan !Por un Neira incluyente y con progreso”.
¿Algo que quiso hacer este año y no alcanzó?
Hubiéramos querido hacer más obras físicas, obras de cemento que llaman la atención. No alcanzamos. El polideportivo de Cantadelicia, sobre todo, ha sido un anhelo. Tenemos que seguirle trabajando. Cementos Caldas también estaba en nuestra agenda de 2016. No se cristalizó. Seguiremos insistiendo y esperamos que el año entrante se realicen.
¿Un proyecto grande para el año entrante?
El acueducto de Cementos Caldas. Con esta obra daríamos agua al 60 por ciento del sector rural que hoy en un 99 por ciento consume agua cruda. Antes de finalizar el año entregaremos agua para Cuba (800 uuarios), San José (con Empocaldas), Alto Ceilán (ayuda de la Junta de Acción Comunal y Empocaldas), planta de tratamiento con la secretaría de Vivienda para Tapias e Irra (1.000 usuarios). Nuestra meta es llegar a una cobertura de agua potable del 70 por ciento, cuando las exigencias del Ministerio están entre el 20 y 25 por ciento.
¿Sigue la reposición de redes de acueducto y alcantarillado?
Estamos haciendo un trabajo importante con el gerente de Empocaldas. Es un hombre serio comprometido con todos los municipios y Neira no ha sido ajeno a su desempeño.Organizamos las redes de acueducto y alcantarillado en el sector de La Bomba y en este momento avanzamos del Banco Central Hipotecario hacia abajo con una reposición de redes.El año seguiremos trabajando en este frente.
¿Cómo termina el año en desempeño fiscal?
Este año llegó el desempeño de 2015 donde Neira ocupa un tercer puesto y en el nivel nacional nos situamos en el 93, si mi memoria no me falla. Es un reto grande llegar allí. Hay que admitir que se ha sacrificado mucho la inversión social en aras de obtener un tercer puesto. A mí no me daría pena estar en el puesto diez o doce siempre y cuando el usuario esté bien atendido. Que la gente sienta que los recursos, pocos o muchos, le lleguen directamente. Neira sabe que todo lo estamos haciendo de cara a la comunidad, haciendo acuerdos con las juntas comunales. Así que no trabajamos tanto para ocupar el primer puesto. Eso sí lo que quiero es ocupar el primer puesto en educación, en atención a la comunidad y en credibilidad de tal manera que el ciudadano se sienta incluido. La inclusión para mí es el reto y en eso estoy trabajando.
¿Neira necesita actualización catastral para mejorar sus ingresos?
Por supuesto que sí. Hay que hacerlo con todo propósito. Si este año no se hizo fue porque el Igag no nos avaló. Tenemos que ser responsables con el municipio y su futuro. Neira es muy rico. Un ejemplo. Filandia, en el departamento del Quindío, tiene 106 kilómetros cuadrados y 15 mil habitantes. Escúchese bien: sus recaudos ascienden a $1.500 millones. Neira tiene 362 kilómetros cuadrados y 32 mil habitantes. Sin embargo, recaudamos 600, 700 millones de pesos. Hoy, con el debido cobrar, llegamos a los mil millones. No se compadece lo uno con lo otro. No podemos ser politiqueros cuando está de por medio el futuro de Neira. El municipio hay que mirarlo como una empresa con unos beneficios que deben llegar al colectivo social.
¿No le teme al costo político que implicaría obtener más recursos a través de la actualización catastral?
Para nada. En mi primer gobierno se hizo y de manera responsable. Hay que rebajar en muchos casos. Son muchos los contribuyentes que tienen sus predios sobrevalorados. Poner el catastro al día nos dará una pauta seria sobre el precio real de los predios. Tenemos que hacer un sacrificio. Es cierto que hay personas con una limitada capacidad adquisitiva que no alcanzan a pagar. Buscaremos la forma de ayudar a esos contribuyentes. Pero también hay propietarios con gran capacidad de pago que tributan una suma irrisoria. Por ejemplo, Los Planes. Mientras en Manizales por una hectárea de tierra se pagan cien pesos, en Neira se pagan tres pesos cuando son tierras iguales o mejores las de nosotros. Eso no es justo. En la tierra fría hay propietarios con 200 hectáreas donde tienen ganado fino y pagan 300 pesos mensuales. Es una inequidad mayúscula mientras que la gente pasa por miles de dificultades porque los recursos no fluyen. El costo político hay que asumirlo para que esos impuestos se conviertan en obras de beneficio colectivo y garanticen inclusión social.
¿Cuánto debería estar recaudando Neira en este momento?
Neira debería estar recaudando cerca de dos mil millones de pesos. No obstante, nos conformamos por ahora con mil 200, mil 300 millones.
¿Sus relaciones con el Concejo?
El tema ha sido difícil. Lamentablemente aquí se mueven muchos intereses yo diría que dañinos. Yo estuve ocho años en la oposición y nadie puede decir, ni el doctor Luis Gonzaga Correa ni la doctora Cristina Otálvaro, que me opuse a algún proyecto que fuera en beneficio del municipio. Todas las iniciativas buenas las votamos. A mí me parece increíble que seis concejales hubieran votado en contra de un proyecto que pretendía cambiar los usos de suelo para la construcción de la Normal del Rosario, una institución que amenaza ruina y que no es del municipio sino de la curia. Conseguimos en menos de seis meses la plata para construir la Abraham Montoya después de que ellos lucharon ocho años y no lo lograron. Ahora estoy gestionando con mucho éxito doce mil millones de pesos para construir la Normal del Rosario en un sitio propio y se oponen a eso. La verdad que para mí fue muy triste. Es más. Yo estaba seriamente decidido en irme si no se aprobaba. Consideraba que no valía la pena la lucha. Yo vine aquí por un pedido de la ciudadanía. Ya fui alcalde y ya trascendí nacionalmente. Estoy aquí porque quiero ayudarle a Neira con mi experiencia, capacitación académica y a las presentes y nuevas generaciones. A eso llegué. La verdad que sentí mucho y hablé con mi familia de yo irme en el caso de que este proyecto se hundiera. Quedamos siete seis. Sentí la necesidad de armar un gran escándalo nacional para denunciar que seis concejales se opusieron al desarrollo de Neira por simple politiquería.
¿Quedó superado el impasse?
Logramos pasar. Teníamos que cambiar el uso de suelo de un lote del municipio en La Ilusión y ganó la mayoría. Fue muy difícil y ahora nos toca la segunda parte que es la aprobación del crédito porque nosotros tenemos que cofinanciar. Tenemos conseguidos cerca de 500 millones de pesos de un aporte de mil 500 millones. Con el Concejo gestionaremos la aprobación de un crédito más. Hay que hacer. En educación no podemos escatimar un esfuerzo. Si hacemos la actualización catastral, con los 600 millones de pesos de más, pagaremos sin problema. Por eso hay que hacerlo. Estamos pensando en nuestros hijos y en las próximas generaciones.
¿Qué le está pidiendo al Niño Dios?
Mucha paz y tranquilidad en nuestro pueblo. Que los jóvenes se alejen de la droga y piensen que hay mejores oportunidades y que delinquir no paga. Que miren una realidad nueva. Quiero pedirle al Niño Dios que Neira salga del ostracismo y brille de nuevo con los propios. En Neira tenemos gente muy valiosa. Mi sueño es tener a unos niños y a unos jóvenes totalmente realizados.