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“Dejaron 500 gramos de explosivo a 50 centímetros del policía muerto”: general Penilla

29 diciembre, 2016 Bogotá, Judiciales

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_ Hoover Penilla, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, informó que se ofrecen $30 millones a quien entregue información para esclarecer este ataque.

El general Hoover Penilla, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, informó que el ataque con explosivos ocurrido en la noche de este jueves en el norte de la capital del país es una acción terrorista cuyo objetivo era crear zozobra.

Aunque el ministro de Defensa Luis Carlos Villegas atribuyó el atentado al Eln, el general Penilla dijo que es una de las hipótesis que se tienen, pero no se descartan otras.

Por esto, anunció una recompensa de $30 millones para quien ayude a suministrar información que les permita a las autoridades esclarecer lo ocurrido.

“Hay que entender que este hecho parte de una situación que es muy fácil de realizar: acercarse a un hombre de la Fuerza Pública, solicitarle una información, aprovechar para cometer este hecho”, manifestó el oficial. El policía muerto tenía 19 años, prestaba un servicio de seguridad transitorio en la institución y dejaron abandonado a 50 centímetros de su cuerpo 500 gramos de amonal con metralla.

Penilla informó que uno de los uniformados tiene una esquirla en su rostro, dos más afectaciones en su oído producto de la detonación, “Todos están fuera de peligro”.

El comandante de la Policía de Bogotá, general Hoover Penilla, dijo que se trató de un atentado, pero no dio detalles de la investigación ni de las hipótesis sobre los autores del atentado. El ataque ocurrió sobre las 9 p. m. en la calle 200 con carrera 7.ª, en el puesto de Policía de Torca.

«Se trata de un plan pistola y hay que dejar claro que no era un atentado en contra de la subestación de energía», informó Penilla, al ofrecer la recompensa de 30 millones de pesos por información que permita dar con los responsables del hecho en el que resultaron heridos siete policías, de los cuales cinco siguen hospitalizados.

El oficial reveló que el auxiliar asesinado, Carlos Andrés Rubio Domínguez, oriundo de Líbano, Tolima, fue ultimado con un disparo en el rostro y que a 50 centímetros de su cuerpo dejaron los explosivos que activaron por medio de un celular. «Fue una carga de 500 gramos de amonal con metralla», indicó Penilla.

El secretario encargado de Seguridad, Convivencia y Justicia, Jairo García, dijo que «trabajará de la mano con la Policía Metropolitana y la Fiscalía General de la Nación para adelantar las tareas de investigación que permitan esclarecer lo ocurrido y poder dar así con el paradero de los responsables» y puso a disposición la línea 123 para recibir información de este hecho.

Lo mismo hizo la Policía con los teléfonos 3730123 y 3142175715, y el correo [email protected]

Y aunque la Policía afirma que el atentado no estaba dirigido a la torre de energía donde fue asesinado el auxiliar y activado el artefacto explosivo que causó heridas a otros siete, el concejal del Centro Democrático, Diego Molano, dijo que «es fundamental que Bogotá haga un consejo de seguridad para evaluar situación y determinar si existen riesgos contra la infraestructura energética de la ciudad».

«El Gobierno Nacional debe hacer públicos los resultados de las investigaciones de los atentados contra las torres de energías cercanas a Bogotá en el Mochuelo y en Mondoñedo», añadió Molano.

«Debería informar si estos hechos están conectados y son originados por el mismo grupo armado, y si este se encuentra en negociaciones de paz», advirtió el concejal.

Andrés era un joven respetuoso

“Él era una persona amable, extrovertida y muy buena gente. Le gustaba compartir mucho con su familia”, así describió Paula Leal al auxiliar Carlos Andrés Rubio, su primo.

Carlos Rubio ingresó a la Policía por inspiración de su mamá y por un gusto innato por la seguridad. Obtuvo el grado de Policía Bachiller en noviembre e hizo un curso en gestión social para la seguridad en una institución universitaria del Espinal, Tolima.

Según Leal, a la familia se le informó que el auxiliar se encontraba patrullando en un humedal del norte de Bogotá cuando un sujeto le disparó en la cabeza y lo introdujo en una caneca con los explosivos y al acercarse sus compañeros para verificar si continuaba con vida, se presentó la explosión. “Todos nosotros estamos en shock. El papá y la mamá de Andrés están destrozados”, dijo Leal.

Del joven recuerda que compartían juegos infantiles como las escondidas, los ponchados y la golosa en el barrio el Estado de Líbano.

Estuvo 13 meses al servicio de la Policía, después de estudiar en el Colegio Tecnológico de Líbano.

Reporte de la Clínica Cardioinfantil

Según la clínica Cardioinfantil, a ese centro asistencial ingresaron tres pacientes a las 9:18 p. m., adonde llegaron en una patrulla de la Policía. Presentaban múltiples heridas por esquirlas.

Los pacientes fueron valorados inicialmente por un médico general y médicos de emergencias, quienes los encontraron estable hemodinámicamente, con dolor moderado y lesiones leves.

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