martes julio 16 de 2024

Con Maturana en “una casa en el aire”

 Por Esteban Jaramillo Osorio

El fútbol, conciencia social. Dos horas 40 minutos de charla con Pacho Maturana. Sin teléfonos, sin el dominio del reloj y muchos tintos. Intensa, profunda, fuente de actualización y de conocimientos.

El jugador como eje del espectáculo y el balón como instrumento de inspiración. La pasión de dirigir vuelve a su piel…Pero, no es dirigir, es seducir con un sueño que compromete a todos, lo que repite con insistencia.

Acepta los embates del futbol resultado, algo a lo que no le quita el ojo, sin que forme parte de su filosofía. Sabe que es el soporte fundamental de los proyectos.

El futbolista integral, el juego en conjunto, la evolución desde el concepto, la preparación y la competencia. El orgullo de hacer de Manizales ciudad piloto en la formación de entrenadores, en planes que él comanda, secunda la federación y lidera la Universidad Sergio Arboleda, desde Bogotá.

Hablamos de sus objetivos, de las grietas que tiene la nómina actual y las soluciones que acelera con los dirigentes del Once Calda por la cercanía del campeonato. Un defensa central experto, un volante con cambio de ritmo y dos delanteros, como prioridad. De la facilidad de aprendizaje de la mayoría de los conformantes del equipo y del orgullo de su grupo de trabajo. Del deseo de hacer de Juan C Henao el mejor de los entrenadores de porteros en Colombia, de las calidades personales y profesionales de Cuadrado y la influencia en el juego de Ortega. De lo difícil que es trabajar con 35 jugadores, tantos de salida, atados con largos contratos.

De la cultura al competir. De su fútbol ideal, de la necesidad de tocar la fibra de los hinchas, de respetar el espectáculo, todo alternado con vivencias y anécdotas que recrean la memoria.

De la selección Colombia a la que ve clasificada y de James Rodríguez al que considera uno de los tres mejores jugadores del mundo.

También fue tema de la informal charla, sin cámaras ni micrófonos, su nieto de dos años, nuevo motor de su vida; la cordialidad del manizaleño del común, que lo arropa; sus retos, sus años viejos con experiencias que lo rejuvenecen, y la obligación que se plantea de plasmar en el proyecto actual, la tecnología avanzada como quiere la FIFA.

Sus deseos de tener una casa gigante en Manizales con muchas puertas, cuartos y ventanas para sentarse a hablar de fútbol con todos sus amigos. Que gusto, que privilegio, que bendición fue aquella noche inolvidable con la leyenda Francisco Maturana, una inyección de optimismo para los seguidores blancos. Fue como estar “En una casa en el aire”.

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