lunes noviembre 18 de 2024

“Iré como un peregrino de esperanza y paz”:Papa Francisco

Por Guillermo Romero Salamanca

“Iré como peregrino de esperanza y de paz, para celebrar con ustedes la fe en nuestro Señor y también para aprender de vuestra caridad y vuestra constancia en busca de la paz y la armonía”, manifestó el Papa Francisco en su mensaje para Colombia con motivo de su visita que realizará entre el 6 y 10 de septiembre.

El Papa agradece al presidente de la República y a los obispos de la Conferencia Episcopal por la invitación al país y a cada uno de los colombianos. “Mi agradecimiento a todos los que han colaborado y siguen haciéndolo para que sea una realidad”, dice.

El mensaje fue grabado en Roma y revelado por la Conferencia Episcopal este lunes hacia el mediodía, dos días antes de su viaje a Colombia, donde se prepara su recibimiento con honores y finos detalles, tanto en las cuatro ciudades que visitará, sino también en otras poblaciones.

Miles de manifestaciones de alegría se han visto en estos días próximos a esta congregación. Se espera que su paso por Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, unas once millones de personas le vean directamente y otro tanto lo hagan a través de la televisión. El miércoles hacia las 4 de la tarde miles de campanas de altares tañirán en señal de júbilo por esta visita.

Monseñor Iván Antonio Marín, arzobispo de Popayán manifestó hoy que “nos preparamos con la oración, la súplica ferviente y confiada al Señor para guíe los pasos del Pastor universal de la Iglesia, para que a nosotros nos disponga la mente y el corazón para escuchar sus palabras. Nos preparamos también para que encuentre una Colombia bella pero con muchas manchas y arrugas que es necesario rejuvenecer con el  rocío fresco del evangelio”.

Mensaje completo del Papa Francisco:

Querido pueblo de Colombia, dentro de pocos días visitaré vuestro país. Iré como peregrino de esperanza y de paz, para celebrar con ustedes la fe en nuestro Señor y también para aprender de vuestra caridad y vuestra constancia en busca de la paz y la armonía.

Los saludo cordialmente y doy las gracias, al señor presidente de la República y a los obispos de la Conferencia episcopal, por la invitación a visitar Colombia. También agradezco a cada uno de ustedes, que me acogen en su tierra y en su corazón. Sé que han trabajado -y han trabajado mucho- para preparar este encuentro. Mi agradecimiento a todos lo que han colaborado y siguen haciéndolo para que sea una realidad.

“Demos el primer paso” es el lema de este viaje. Nos recuerda que siempre se necesita dar un primer paso para cualquier actividad y proyecto. También nos empuja a ser los primeros para amar, para crear puentes, para crear fraternidad. Dar el primer paso nos anima a salir al encuentro del otro y a extender la mano, y darnos el signo de paz. La paz es la que Colombia busca desde hace mucho tiempo y trabaja para conseguirla. Una paz estable, duradera, para vernos y tratarnos como hermanos, nunca como enemigos. La paz nos recuerda que todos somos hijos de un mismo Padre que nos ama y nos consuela. Me siento honrado de visitar esa tierra rica de historia, de cultura, de fe, de hombres y mujeres que han trabajo con tesón y constancia para que sea un lugar donde reine la armonía y la fraternidad, donde el Evangelio sea conocido y amado, donde decir hermano y hermana no resulte algo extraño sino un verdadero tesoro a proteger y defender. El mundo de hoy tiene necesidad de consultores de paz y de diálogo. También la Iglesia está llamada a esta tarea, a promover la reconciliación con el Señor y con los hermanos,  y también la reconciliación con el medioambiente que es creación de Dios y que estamos explotando de una manera salvaje.

Que esta visita sea como un abrazo fraterno para cada uno de ustedes y en el que sintamos el consuelo y la ternura del Señor.

Queridos hermanos y hermanas colombianos, deseo vivir estos días con ustedes con ánimo gozoso, con gratitud al Señor. Los abrazo con afecto y pido al Señor que los bendiga, que proteja vuestro país y les conceda la paz. Y a nuestra Madre, la Virgen Santa, que los cuide. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias y hasta pronto.

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