sábado julio 20 de 2024

Es hora de revisar Sistema del Subsidio Familiar para los trabajadores y empresarios colombianos

26 octubre, 2017 Económicas

Adriana Guillén Restrepo ASOCAJAS 

Cartagena, 26 de octubre_ RAM_ El Sistema de Subsidio Familiar impacta de manera positiva más de la mitad de la población colombiana. Los números demuestran que, a partir del aporte de 693 mil empresarios, es posible crear valor económico y social al mismo tiempo.

Sin embargo, el enfoque inicial del modelo se ha ido desvirtuando con el paso de los años, por lo que es necesario hacer un alto en el camino para analizar la destinación del 4% y planear los siguientes años del sistema.

Las Cajas de Compensación Familiar fueron creadas de manera voluntaria por empresarios colombianos para beneficiar a millones de trabajadores. Es importante reconocer que con esos recursos del 4% se han construido grandes avances sociales y económicos para la clase trabajadora y han aportado al cierre de brechas sociales y construcción de clase media en el país.

Por lo que focalizar los recursos para los trabajadores y sus familias, quienes son la razón de ser del Sistema, debe ser la prioridad”, puntualizó Guillen.

Durante los dos días del evento, se darán cita conferencistas nacionales e internacionales, entre los que se destacan: Laura Chinchilla Miranda, presidente de Costa Rica (2010 – 2014) Ricardo Hausmann, director del Centro para el Desarrollo Internacional de Kennedy School of Government, Universidad de Harvard y Gloria Guevara, ex ministra de Turismo de México.

El espacio también contará con la asistencia de reconocidos empresarios colombianos, presidentes de algunas de las compañías más importantes de Colombia y representantes del gremio: Postobón, SURA, Telefónica, ANDI, Ministerio de Hacienda y Crédito Público, quienes participarán del panel “Transformaciones empresariales y evoluciones sociales”.

“60 años de vida del subsidio familiar, han demostrado los beneficios del modelo, además que su rentabilidad no puede ser igualada por ningún otro modelo social. Es por esto que resulta fundamental lograr que se reconozca a las Cajas de Compensación Familiar como un aliado estratégico de los empresarios colombianos.” aseguró Adriana Guillen Arango, presidente Ejecutiva de Asocajas.

Discurso de bienvenida 29 Congreso Asocajas, Dra. Adriana Guillén Restrepo

Discurso de bienvenida 29 Congreso Asocajas, Dra. Adriana Guillén Restrepo Reciban un caluroso saludo de bienvenida. Como decía nuestro querido Luis Gonzalo en su calidad de presidente de la Junta Directiva de Asocajas, eventos como estos deben propiciar la reflexión. Así que para comenzar los invito a que miremos estas cifras: A diciembre de 2016, nueve millones ciento dos mil trabajadores recibieron beneficios directos del Sistema. Y a través de ellos también se beneficiaron, 11 millones 357 mil personas que integran su núcleo familiar. Solo el año pasado, 5 millones 300 mil personas recibieron 1.7 billones de pesos en subsidio monetario y 50 mil hogares hicieron realidad su sueño de adquirir vivienda a través del subsidio de las Cajas. Estos beneficios equivalen a la tercera parte de la canasta familiar de los trabajadores que devengan ingresos inferiores a 4 salarios mínimos mensuales. Sin contar a los 8 millones de personas atendidas a través de los Fondos creados a iniciativa del Gobierno Nacional: Foniñez, Fosfec y cofinanciación de los regímenes de salud contributiva y subsidiada. Personas, que integran un segmento de la población diferente de los trabajadores asalariados. En ellos el Sistema invirtió cerca de 1.5 billones de pesos el año pasado. De manera que este modelo social ha impactado en números planos a cerca de 28 millones de colombianos. Esto es, más del 50% de los habitantes de nuestro país. Los números demuestran que a partir del aporte de 693 mil empresas es posible crear valor social y económico al mismo tiempo. Está debidamente probado que hay una sinergia fundamental y profunda entre la producción de ganancias y la contención de problemas sociales, especialmente si se mira a largo plazo y se logran impactos a gran escala. Sesenta años demuestran que el modelo del Subsidio Familiar funciona y que su rentabilidad no puede ser igualada por ninguno otro modelo social. A pesar de la evidencia, algunos sectores consideran que este cuatro 4% es un impuesto al trabajo que hace más costosa la contratación formal y reduce la competitividad. La realidad me autoriza a controvertir estas afirmaciones. Para ello un dato numérico y una consideración emotiva. Este Gobierno ha hecho un gran esfuerzo en aumentar la tasa de formalidad, esto es, el número de personas ocupadas y, lo ha conseguido desde al año 2009. Pero una cosa es la formalidad y, otra el comportamiento de la tasa de desempleo que tiene que ver con el número de personas ocupadas mediante contrato laboral. Se esperaba que con la reducción de parafiscales del 13.5 % sobre el valor de la nómina que incorporó la reforma tributaria del año 2013 (Sena, ICBF y Salud), se generaría un alto impacto en la tasa de desempleo. En agosto de 2017, la tasa de desempleo cerró en 9,1 mientras que en agosto de 2013 la misma tasa cerró en 9,3 según datos oficiales presentados por el DANE. Como se nota la diferencia es intrascendente, cinco años después es posible afirmar que la eliminación de esos parafiscales no tuvo un impacto destacable en la aceleración de la dinámica de empleo, aunque probablemente sí representó mayores utilidades. Y ahora mi consideración emotiva. Al final, estimados amigos, mantener este aporte no depende tanto de variables económicas como si de la voluntad de los próximos Gobiernos y de la visión y el compromiso de los empresarios colombianos de mantener este modelo social. Los invito a que pensemos ¿si se elimina esta prestación quién asumiría hoy el salario social de nuestros Trabajadores formales?. Recordemos que el ICBF y el SENA, son entidades públicas que continúan funcionando con recursos del Gobierno Nacional. De otra parte, se debe resaltar que el impacto logrado a través de este aporte no hubiese sido posible sin el “know how” sin el “saber hacer social” de las Cajas de Compensación, el cual es producto de 60 años de trabajo. Su madurez las convierte en las entidades con la mayor experiencia en términos de seguridad y protección social, por esa razón se han convertido en el brazo social de las empresas colombianas – de allí el nombre de este encuentro Su experiencia las ha llevado a comprender que el bienestar social no depende únicamente de los ingresos de los trabajadores, sino también de la posibilidad de que los integrantes de estos hogares tengan acceso a espacios que les provean educación, cultura, esparcimiento y deporte. Les invito a que imaginen ¿Qué pasaría en sus ciudades si eliminamos las bibliotecas, las zonas deportivas, las zonas recreativas y los centros culturales aportados durante años de trabajo por las Cajas de Compensación Familiar? Produce desazón encontrar personas que todavía critican a las Cajas por invertir en agendas culturales, o en infraestructuras recreativas u hoteleras por tarifas que serían impensables para estos segmentos de la población en otras condiciones. A estos críticos solo decirles que el aporte que reciben los trabajadores tiene un propósito integral. El bienestar debe irradiarse a todas las esferas del ser humano. Precisamente, los pioneros de este Sistema nunca subestimaron esa integralidad ni la condicionaron en razón a los ingresos de los trabajadores ¿O ahora resulta que sólo los mejor remunerados pueden frecuentar piscinas y apreciar operas? Como se nota el Sistema tiene un destinatario principal y un sentido lógico e integral, pero estos elementos se han desdibujado en los últimos años. Hoy en día del 4% cada vez son menos los recursos que son aplicados en los trabajadores y sus familias. Como pueden ver del aporte empresarial el 42 por ciento es destinado a población distinta a los trabajadores remunerados. La tendencia de los últimos gobiernos es comprometer los recursos del Sistema en la financiación de programas que no alcanzan a ser cubiertos con recursos del presupuesto público, con lo cual se reduce a las Cajas a ser convidadas de piedra. Programas como “cuarenta mil empleos” y “estado joven”, por ejemplo, fueron y son posibles gracias a la operación de las Cajas de Compensación y a los recursos del Sistema, no hay en estos programas un solo peso del presupuesto público. Sin embargo, el Gobierno se abrogó su ejecución y titularidad sin reconocer nada al Sistema de Compensación Familiar. En el corto tiempo que llevo frente a la Presidencia de este Gremio me impacta como diferentes instancias del Estado disponen de esos recursos mediante circulares, resoluciones y decretos olvidando la reserva legal: los asignan, los aplican, los transfieren, los suprimen y, lo más sorprendente, se los disputan. Así los propósitos sean loables los recursos del Subsidio Familiar no pueden ser tratados ni como un “botín” ni como caja menor. Prácticas como esta agreden el marco constitucional y legal, atentan contra la autonomía privada de las Cajas, crean inestabilidad jurídica y distraen los objetivos del Sistema. Estoy segura que hay buena fe de por medio. Vengo del corazón del Gobierno y sé de todos los esfuerzos que se hacen para lograr el bienestar común. Pero también he aprendido que un Sistema bondadoso como este se puede pervertir si no se obra con el debido rigor y con la mayor sensatez Es momento de convocar a todos los actores del Sistema a una discusión profunda y es ¿cómo país queremos mantener esta prestación social con destino a los trabajadores de menores ingresos o queremos que esa renta parafiscal se transforme formalmente en un impuesto a los empresarios con el fin de ser aplicado en las diferentes responsabilidades del Estado? Mientras esta discusión no se dé queda recordar que la Corte Constitucional en reiterada jurisprudencia ha manifestado que estos recursos pertenecen “…al sector de los trabajadores remunerados…” y que la propiedad de esos recursos, así como su administración no pertenece al Estado y que en consecuencia no media al respecto ningún vínculo o contrato entre las entidades que los administran y el Estado. (Sentencia C-575 de 1992) Somos aliados naturales del Gobierno y queremos seguir siéndolo, pero en momentos de escases y de dificultad es necesario que tanto el Gobierno como el Sistema obren de manera consensuada y con racionalidad frente al uso adecuado de los recursos de los trabajadores. Señor presidente, al ser este su último Congreso en Asocajas como Jefe de Estado, quiero reconocer en nombre del gremio, su valor y pasión por alcanzar un objetivo más que altruista, necesario. Nos deja nuevos desafíos para consolidar la paz. Solo decirle que por las puertas que se abren para el país hacia el futuro, valió la pena todo el costo personal y político. Para terminar, preservar el Sistema es compromiso de todos. Estamos frente al más eficiente modelo social de la Región. Mantengamos el foco en los trabajadores formales, sólo a través de la formalidad se cierran brechas sociales, se estimula el consumo y se impulsa la productividad. Este Sistema genera un círculo virtuoso que les invito a conservar y proteger. Reciban de Asocajas y de su valioso equipo de trabajo un caluroso saludo de bienvenida. Gracias a todos los directores de las Cajas por el esfuerzo, ideas y ejecuciones que hicieron posible la realización de este Congreso, a nuestros patrocinadores y, especialmente, a Karime Figueroa nuestra Gerente de Comunicaciones y a la firma Doplep en cabeza de Pamela Barberi y todo su equipo de colaboradores. ¡Bienvenidos!

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