Gobierno y Farc instalaron subcomisión de género en mesa de conversaciones en Cuba
Las Farc aseguraron este domingo en La Habana, Cuba, en la instalación de una subcomisión de género en el marco de las conversaciones de paz con el gobierno colombiano, que garantizan “la no discriminación por razones de género” y que prueba de ello es que alrededor de un 40 por ciento del total de su organización se compone de guerrilleras.
La subcomisión la integran cinco representantes elegidas por la delegación gubernamental y cinco por las Farc, aunque todavía no se han acordado sus nombres ni su agenda de trabajo, aspectos que se concretarán en “una primera reunión que se producirá pronto, en este ciclo o en el próximo”, segun lo indicaron los cabecillas del grupo guerrillero.
En un comunicado emitido a propósito de este hecho, y en el cual dicen que “adoptan como principio la no discriminación por razones de género y en especial el respeto, garantía y protección de todos los derechos humanos de las mujeres”, las Farc se pronuncian sobre las frecuentes denuncias que se hacen en torno al tratamiento que les dan a las mujeres dentro del grupo, que, además de someterlas a abusos sexuales, las obligan a abortar cuando quedan embarazadas.
Al respecto afirman que “la violencia sexual como arma de guerra es una práctica sistemática de las Fuerzas del Estado y el paramilitarismo”.
“Los diferentes tipos de planificación y el recurso del aborto en condiciones médicas favorables, como última medida a tomar para evitar los partos en medio de la intensidad de la confrontación, también han sido objeto de las mismas campañas difamatorias y de desprestigio contra la insurgencia”, precisan.
mujeres-farcDicen también que “más allá de nuestras normas y voluntad en cuanto al no maltrato de la población civil, por la cual luchamos, es un hecho que en los territorios afectados por el conflicto social y armado, mujeres han sido víctimas directas e indirectas de la confrontación, ya sea por hechos accidentales que salen del control de las y los combatientes, o a manos de nuestro enemigo de clase y de sus brazos armados, sean militares, policías o paramilitares, como consecuencia de una práctica sistemática del terror”.
Agregan que rechazan “toda estrategia o campaña difamatoria que pretenda vincular las acciones de la guerrilla a prácticas de violencia sexual”.
Dicen que las Farc “defienden el derecho de las mujeres a decidir libremente sobre sus cuerpos, derecho que obviamente también ostentan las guerrilleras. Es una práctica habitual que apliquemos medidas de protección temporal al embarazo, el parto y la lactancia en condiciones de la guerra, mientras los hijos son entregados por sus progenitores a familiares o amigos para que crezcan en un ambiente apropiado”.
Además afirman que “en el seno de nuestra organización, hombres y mujeres gozamos de un reconocimiento estatutario, de unas normas y una práctica de convivencia entre compañeros y compañeras en igualdad de deberes y derechos. Esta juridicidad guerrillera incluye las definiciones de delitos tanto en contra de la población civil, como en contra de integrantes de filas”.
Agregan que “el maltrato en todas sus formas es severamente castigado; la violencia sexual es tipificada como delito grave y tratada como tal. No obstante la normatividad existente y teniendo en cuenta el origen sociocultural de nuestra militancia, reconocemos que aún persisten prejuicios y algunas actitudes patriarcales que se expresan de forma sutil, indirecta o subjetiva, como en el resto de la sociedad colombiana, pero con la diferencia de que nuestros principios nos obligan y permiten combatirlos, con la promoción de los valores revolucionarios y culturales de respeto e igualdad, y específicamente dignificando el papel de las mujeres en nuestra organización y en la sociedad.
Señalan que “la justa necesidad de incorporar una mirada de género a todos los debates y diálogos para el diseño y aplicación de los Acuerdos de Paz; al mismo tiempo, expresamos nuestra voluntad política de promover la participación de las mujeres colombianas y de nuestras propias militantes en este proceso de paz, así como lo hemos hecho en todos los ámbitos de la vida guerrillera”.
Finalmente precisan que el Estado tiene la obligación de garantizar desde ya un papel protagónico a las mujeres en la elaboración del Acuerdo de Paz y en la Nueva Colombia y agregan que laqs Farc “nos esforzaremos porque así sea”.
Según datos oficiales, el 48 % de los más de 6,5 millones de víctimas totales que ha dejado el conflicto colombiano son mujeres y, entre 1985 y 2014, se contabilizaron 2.474 casos de violaciones, la mitad de ellas cometidas por el Ejército y la Policía.
Sin embargo, otro informe más exhaustivo de la Casa de la Mujer y Oxfam determina que, sólo entre 2001 y 2009, 489.687 mujeres de 407 municipios con presencia de fuerza pública, guerrilla y paramilitares fueron víctimas de violencia sexual, aunque un 82 % de ellas nunca denunció por miedo o falta de información.