Los políticos, a recuperar credibilidad
Por Rubén Darío Mejía Sánchez
Una de las clases más desprestigiadas en la sociedad mundial y en especial en Colombia son los políticos, prometen, prometen y vuelven a prometer y nunca cumplen, y por eso es que se escucha en diálogos coloquiales callejeros que “es más mentiroso e incumplido que un político.
Todo lo anterior para decir que la clase política no se ha dedicado a sanear la mala fama, sino a hacer las cosas peor cada día y es simple y llanamente, porque como decía una señora desprevenida “a estos señores no les interesa sino sus intereses personales y robarle al país” porque dicen que los políticos que llegan a cargos legislativos, se dedican es a robar, a sacar tajada y a olvidarse de las promesas hechas en campaña.
En momentos en que el bipartidismo comienza a desaparecer, nacen una serie de grupos y partidos políticos, que lo que quieren es hacer ver que sus contendores de turno no hacen nada y a veces sin guardar las proporciones, se puede ver que en las sesiones del Congreso, pasa lo que en los programas amarillistas de farándula que se dedican a hablar mal de todo el mundo, sin sostener lo que se está diciendo y la verdad es que lo que sucede en ese sacro recinto es el fiel reflejo de lo que está sucediendo en la sociedad colombiana.
No debe de hacerse oposición por llevarle la contraria a los demás y los grupos y partidos políticos pequeños, deberían de dar ejemplo en trabajar, proponer ideas y sacar proyectos que sirvan para la ciudadanía y no solo pensar que el Congreso de la República es un ring para acabar con el contendor.
La verdad de todo lo anterior, es que quienes van a trabajar al Congreso son muy pocos, unos van a presentar proyectos que los beneficie personalmente y otros como dijera alguien, a dormir el sueño de los justos.
Muchos Padres de la Patria no están preparados, no saben en que se metieron y presentan proyectos por presentarlos, proyectos de ningún valor para la comunidad en general, como la de rendir honores al día de la arepa y declarar día cívico porque la niña más hermosa del pueblo quedó en embarazo, y me perdonan pero cosas tan ridículas como las anteriores se piden por parte de algunos Padres de la Patria.
Son muy pocos los que trabajan, y son más los que tratan de destacarse por sus estupideces, por el deseo de figuración y por ganarse de manera sencilla los altos salarios que se les paga por solo contestar a lista en las sesiones de trabajo.
En vez de comenzar a construir, tratamos de destruir al país y vienen los señalamientos de parte y parte y encontramos que aceptamos estar listos a presenciar espectáculos bochornosos como el del famoso debate entre dos hombres llenos de venganza, como en el caso de Iván Cepeda y el ex presidente Alvaro Uribe Vélez. El primero que le echa la culpa de sus desgracias familiares principalmente a la muerte de su padre al paramilitarismo, según él con el ex presidente a la cabeza, y el ex presidente, hoy senador, que destila odio contra todo lo que dice llamarse FARC, que según se ha dicho, son los responsables de la muerte de su padre y hermano.
Así no se puede, en momentos que se habla de la búsqueda de un Proceso de Paz, proceso que por demás se ve bastante enredado, por la actitud de los miembros de las FARC y sectores externos, no se debe echar más leña al fuego, sino dejar de un lado las rencillas y buscar soluciones para un país inmerso en la violencia, pues a pesar de lo que diga el Gobierno y el Director de la Policía Nacional, las cosas no están fáciles y la inseguridad es galopante en el campo y que decir en las ciudades.
Una violencia atroz, en donde se ataca a quien se acerque o lo roce, en donde las niñas han dejado de ser niñas para volverse peleoneras como los hombres, en donde por lo generar el vocabulario de los jóvenes es soez y en donde se está formando juventud para la vida fácil, sin sacrificios.
En todo lo anterior, todos somos culpables, porque los padres no damos la formación que es desde el hogar y los medios de comunicación colaboramos en el desprestigio a la célula familiar y nos mofamos con grandes titulares de la gran importancia de los matrimonios express y de la pérdida de valores y sentimientos.
La gente del común ya está cansada, el ejemplo que se da desde las altas esferas del poder nacional no es el mejor, la justicia es cada día más para los de ruana o digamos mejor para los más desposeídos, los delitos de cuello blanco siguen en la impunidad y en los grandes titulares tanto de prensa como de televisión, nos dedicamos a exaltar las malas prácticas, como los asaltos, la violencia familiar y el respeto por el ser humano, como algo bastante grande e importante y los directores de los medios se atreven a decir que si no meten noticias negativas sus empresas periodísticas se van a la quiebra.
Ya no existe el glorioso partido Liberal y los hermanos godos también entraron en el juego y esos dos grandes partidos destiñeron sus colores y sus ideas y por lo tanto el fin de ser.
Pero sigo siendo optimista, creo que las cosas aún no están perdidas y se puede dar vuelta a la página y luchar por una sociedad mejor, por una clase política menos corrupta y responsable, porque creo que es corrupción haber buscado los votos de los electores y no cumplir con el trabajo, no asistiendo a cumplir las tareas legislativas.
Vivimos en un país grande, en donde hay gente de grandes valores, donde se producen noticias buenas todos los días pero que los periodistas ignoramos y donde debemos de pensar que la paz comienza desde nosotros mismos y en la formación de las futuras generaciones, porque de lo contrario el caos va a ser cada día más grande.