El Jodario MAL PRESAGIO
Gustavo Álvarez Gardeazábal
Si mi abuela estuviera viva, habría dicho que el gobierno que comenzó el 7 de agosto tiene muy malos augürios. No podrían haberse conjugado tantos factores negativos ajenos a la voluntad del mandatario como los que se presentaron durante su posesión. El viento frio que calaba a los huesos para que ninguno de los asistentes se olvidara, el aguacero que se largó con fuerza apenas comenzó a hablar el nuevo presidente y el muy simbólico auditorio de paraguas blancos ante los que terminó recitando (en tono veintijuliero) otra vez cada una de las promesas de su campaña,son demasiados para los agüeristas.
Pero como además la escenografía que le montaron, atiborrada parroquialmente de todos los colores de todas las flores, y la ambientación pachanguera de tres tarimas al unísono en las esquinas de la Plaza de Bolivar , anunciando un carnaval multitudinario que no se dio, en contraste total con la sobriedad que se ha estilado siempre ante la dignidad presidencial, recargaron de malos presagios la ceremonia.Y cuando los uribistas le pusieron de telonero al presidente del senado para declararle la guerra total al gobierno saliente y clamar venganza contra todas las exageraciones cometidas ,los malos augurios no pudieron ser peores.
Ninguno de estos presagios romanos valdría la pena en pleno 2018,pero como el presidente Duque pregonó en su discurso espíritu de construcción y no de destrucción y llamó a buscar un pacto por Colombia entre la izquierda y la derecha y se opuso más dramática que realmente a la declaratoria de guerra y venganza del presidente del Senado y de su partido el CD,la hendija entre el nuevo gobernante y los partidarios del expresidente Uribe, se dejó reconocer de arrancada renovándome la idea sobre lo que he venido diciendo que nos va a tocar vivir en los próximos cuatro años.
@eljodario
Publicado en Diario ADN, agosto 9 2018