sábado julio 27 de 2024

El Ojo del Halkón Cien días con mala imagen

17 noviembre, 2018 El Ojo del Halkón, Opinión, Política

Por: Rubén Darío Mejía Sánchez

BOGOTA, 17 de noviembre RAM_ He tenido la oportunidad de ver y escuchar las entrevistas que ha concedido a los diferentes medios de comunicación el presidente Iván Duque, y me doy cuenta que es una buena persona a quien las cosas le están saliendo muy mal y creería que es de quienes no tiene amigos, porque los de su propio partido son los que hacen más oposición.

Dicen que no hay que creer en las encuestas y yo soy uno de los que creo poco en ellas; pero en el caso del presidente Duque no es necesario hacer encuestas para saber que las cosas no están bien, basta con hablar con el ciudadano de a pie que está aterrado con los anuncios hechos por el Primer Mandatario y sus ministros en cuanto a los proyectos que se presentan en el Congreso de la República, como por ejemplo la Ley de Financiación o simplemente Reforma Tributaria, que pone en jaque los alimentos y productos básicos de la gran canasta familiar, los encontrones con los estudiantes, que han demostrado ser unos verdaderos gallitos de pelea, que en solo dos semanas han conseguido que las centrales obreras y otros sectores que mueven la economía del país se les una para protestar contra las medidas antipopulares del Primer Mandatario.

Decía en una de las entrevistas que era bueno gobernar con el retrovisor, a pesar de los anuncios hechos en su campaña política en donde le dijo a los colombianos que no utilizaría el retrovisor para gobernar el país y en su discurso de posesión dijo cosas muy creíbles que iban en contravía del famoso y mal querido Presidente del Senado de la República, que en medio de su lambonería habla por hablar y propone cosas salidas de tono como es la Constituyente.

Pareciera que en el país no se está sabiendo gobernar y muchos, entre ellos yo, consideramos que es importante darle la oportunidad a Iván Duque para que cuando pase la euforia de estos 100 días negativos se corrijan muchas cosas para el bien, tanto de él como del país.

No estoy de acuerdo con los insultos y las burlas contra nadie y mucho menos contra el Primer Mandatario del país; pero aprendimos hace muchos años que no hay que dar papaya y perder la confianza que tienen en nosotros, porque luego nos van a ver como el pastorcito mentiroso, y volver la cosas a su cauce normal no es muy fácil.

Algún sector bastante amplio de la sociedad o mejor de la población colombiana comentaban que estaban defraudados del manejo y las noticias falsas en los medios de comunicación y no estamos hablando de lo que pasa en las redes sociales en donde la credibilidad es mínima, porque en éstas se habla y se critica con fanatismos y odios ante cualquier personaje nacional al que se le quiere hacer daño.

Creo que los colombianos de bien están esperando que el presidente Duque entre en razón y analice con unos buenos asesores lo que está pasando en el país, porque da pena que se tenga la opinión mas baja sobre él que como lo que repetido, es una buena persona y esté por debajo de malos gobiernos como los de Ernesto Samper y Andrés Pastrana Arango.

Las cosas andan mal y hay críticas, no porque el presidente pertenezca a X o Y partido, sino  por los errores que se han cometido cuando se anuncia una cosa y se hace otra, porque no podemos decir mentiras al pensar que la labor legislativa ha sido favorable para el Primer Mandatario y para los votantes que eligieron un Congreso en el que se le creyó que por tener gentes de diferentes ideologías, las cosas iban a ser mejores y lo que hemos encontrado es que la oposición se ha quedado estática y el mismo partido de Gobierno se ha convertido en la oposición de quienes ellos eligieron.

Es muy malo que a esta altura del partido no se crea en el Presidente de la República y que haya miedo por las medidas antipopulares anunciadas desde los ministerios de Hacienda, Justicia y Educación, porque no es lo que esperaba el pueblo en el momento de la elección presidencial. Es muy grave lo que anuncia el Ministro de Hacienda en donde está castigando a la clase media que es la que sostiene la economía del país y es muy grave ver que se trata de hacer una reforma a la justicia para beneficiar a unos cuantos delincuentes de cuello blanco y castigar la ciudadano del común, que como decía mi abuelo, “en este país se castiga mas a quien se roba una gallina, que a quien se roba el ato completo” y como para que no faltara nada le aparece la cereza en el ponqué y es el escándalo que tiene enredado actualmente al Fiscal General de la Nación con dos personas que perdieron la vida en escaso tiempo, el padre y el hijo y las famosas conversaciones y esto nos enseña una vez mas que cuando se nombra un funcionario no debe venir antecedido de haber cuidado los intereses, especialmente de los más poderosos del pueblo.

No voy a cometer el error en decir que al Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez se debe de ir, se está defendiendo como gato patas arriba; pero mi mamá decía que cuando uno comienza a dar muchas explicaciones enreda mas el asunto y puede resultar mas complicado de lo que debe ser.

La gente no ha creído en las declaraciones a los medios de comunicación y han calificado a muchos medios como arrodillados ante el ente Judicial, pero yo diría que muchos han cumplido con su labor, pero que las cosas deben de estar claras como el agua y espesas como un buen chocolate, para que salga a relucir, sobre todo, la verdad sobre este escabroso asunto.

La desconfianza es algo muy grave, porque recuperar la confianza no es muy fácil y eso lo podemos ver en la mala imagen que tiene el Congreso de la República, que a pesar de contar con buenos elementos, todos creen que la mayoría son corruptos y que no hacen nada por el pueblo.

Que bueno sería que se aclarara todo referente a este problema con el Fiscal, que a la Ministra de Educación no saliera chamuscada con el problema de los estudiantes, que se hiciera la verdadera reforma judicial que necesita el país sin intereses y politización y que bueno que la imagen del presidente Duque subiera y pudiera cumplir con sus metas, no solo para el bien de él sino para todos.

Pero es difícil esperar todo esto en un país que no se le cree ni siquiera al DANE porque no supo decir cuántos somos y en donde estamos viviendo, que antes que arreglarse las cosas se dañan cada día más y en donde falta trabajo por parte de algunos miembros de los ministerios que hasta el momento no suenan ni truenan.

Se eligió a Iván Duque para evitar que llegara el Castro Chavismo de la mano de Gustavo Petro, pero en una de las columnas que hice durante la campaña política le recordaba al candidato Iván Duque que en caso de ganar la presidencia tenía la obligación de hacer un buen gobierno para evitar entregar en bandeja de plata al país a un izquierdismo que no ha mostrado tener bases y que puede ser un gran problema o quizá una gran solución.

Ese deseo de acabar con la JEP por parte del Centro Democrático y de poner trampas al proceso de paz no le hace bien al país y quizá declaraciones fuera de tono han hecho que en vez de acercarnos a un dialogo con el ELN, se les haya dado pie para poner en jaque al Gobierno y que volvamos a ver los asesinatos de campesinos inocentes y dirigentes sociales, lo mismo que de miembros del Ejercito y de la Policía.

Es verdad que estamos acorralados por la delincuencia común, pero confiamos que el presidente Duque, su ministro de defensa, la ministra de justicia, el Fiscal General de la Nación y las altas cortes con los jueces  busquen soluciones, para que el ciudadano trabajador y honrado pueda ir tranquilo a su trabajo y de regreso a casa; porque de lo contrario estamos perdidos.

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