viernes julio 19 de 2024

El Ojo del Halkón La sociedad está enferma

Por: Rubén Darío Mejía Sánchez

El mejor espectáculo del mundo amaneció triste este domingo 25 de noviembre del 2018, y amaneció triste porque un juego entre River Plate y Boca Juniors fue suspendido por un acto violento de un grupo de aficionados que atacaron uno de los buses de los rivales y porque la Rectora del fútbol suramericano como es la Conmebol no tuvo la valentía de tomar la decisión adecuada en el mismo momento y tuvo en vilo no solo a la afición argentina, sino a toda la afición del fútbol en el mundo.

“La sociedad está enferma” dijo en medio del desespero uno de los directivos del fútbol argentino y eso que están enseñados a manejar con las famosas barras bravas que son las protagonistas de los grandes escándalos en algunos famosos llamados Derbi del fútbol gaucho. El asunto fue vergonzoso y fue mas aún porque la rectora del fútbol suramericano, estoy seguro, se dejó manosear y no tuvo la suficiente autoridad para imponer sanciones y decir que el partido definitivamente no se jugaba y la respuesta que se da deja mucho para pensar, “es necesario que haya un ganador de Suramérica para que pueda ir a la gran Copa que se juega entre los clubes mejores del mundo”.

No hay derecho, si esto hubiera sucedido con equipos diferentes a Uruguay, Argentina y Brasil, la sanción hubiera sido drástica, no solo para el equipo sino para la plaza en donde se jugara el partido; pero como era con los intocables argentinos, había que solucionar las cosas de otra manera.

Es bochornoso ver las imágenes del ataque de los hinchas de River al vehículo que transportaba al equipo de Boca y más las respuestas de algunos directivos y el comunicado de prensa de River, en el que en primer paso habló que no habían muchos heridos y que la cosa no había sido tan grave.

Fuer bochornoso, vergonzoso y de mal ejemplo y mala imagen para el mundo, porque esto da pie a que las mal llamadas barras bravas se sientan envalentonadas y puedan hacer de las suyas, porque saben que los directivos del fútbol no son capaces de tomar acciones fuertes para reprimir a estos vándalos y mas cuando en el estadio estaba el máximo dirigente del futbol mundial, como es el Presidente de la FIFA.

Cuando vemos que las ciudades en donde se van a jugar encuentros futboleros quedan desprotegidas de la seguridad policiva, por brindar seguridad a los aficionados del futbol, podemos reafirmar, como el directivo argentino cuando exclamó que esta sociedad estaba enferma, y está bien enferma.

Esperemos que esto no suceda en Colombia y que los hinchas amantes del buen futbol sepan respetar a sus rivales y que recuerden que el espectáculo mas grande del mundo, como es el futbol no se debe empañar por la acción de unos cuantos desadaptados.

Las autoridades de orden gubernamental y las del fútbol deben de tomar los correctivos para evitar que estos casos se presenten cada fin de semana o cuando hay esta clase de espectáculos.

Ya hay una batalla perdida y es haber cedido a que los seguidores de los equipos rivales no se puedan encontrar en los estadios, lo que demuestra falta de autoridad o manera de tratar de acercar a quienes son amantes de un deporte que mueve multitudes y que años atrás fue un orgullo para padres que llevaron a sus hijos a los estadios y se divirtieron con el juego bonito y el juego limpio entre los contrincantes.

No hay derecho que ahora los equipos y el gobierno deban de gastarse millones de pesos en publicidad llamando la cordura durante un encuentro futbolero y no hay derecho que quienes manejamos los medios de comunicación, ya sea en televisión, prensa, radio o internet utilicemos la frase “guerra a muerte” para hablar de un encuentro futbolero entre x o y equipo.

No hay que decir que el encuentro de la fecha será a muerte, sino que será un encuentro para demostrar la calidad futbolera de los equipos que se enfrentan en la tarde o noche de cada día o fin de semana.

Si miramos lo que está sucediendo tiene nombre propio. No hay autoridad en la familia, que es la base de la sociedad, no hay autoridad por parte del Gobierno y no hay autoridad por parte de los directivos deportivos y todo esto nos lleva a pensar de esa grave enfermedad que sufre nuestra sociedad actualmente, en donde se han perdido los valores, donde lo que reina es la deshonestidad y en donde los países están cayendo en el peor flagelo que es la corrupción.

Pero que se puede esperar cuando en los diferentes países las grandes cenicientas son la educación y la salud y en países como el nuestro, Colombia, hay padres o madres de la patria que dicen que el país se desangra económicamente cuando se está invirtiendo en educación o cuando es mas importante invertir en guerras fratricidas, que ampliar presupuestos para la educación y recordemos que una de las cosas que debe tener muy en cuenta el presidente Duque es no dejar ir de las manos el asunto de educación, porque ese problema se está volviendo crónico y así no va a haber forma de tranquilidad en ningún lugar, porque la ignorancia lleva a la violencia mientras que la educación y formación llevan a la verdadera paz.

Hablamos de violencia en los estadios, pero nos olvidamos del mal ejemplo de nuestros políticos y congresistas y de quienes manejan los dineros del país, que convertidos en delincuentes de cuello blanco no son castigados por la justicia a la que se le quiere hacer cambios para que quede mas blanda y así no se hable sino de violencia en los campos, en los pueblos en las grandes ciudades.

Colombia está acorralada por la delincuencia común y no estoy de acuerdo que esto se solucione construyendo más cárceles cuando se puede solucionar con una buena educación y una justicia correcta que castigue a quienes cometan los delitos, y no solo a los de ruana, dejando como grandes privilegiados a los de la clase poderosa.

Habiendo educación, formación en el hogar, buen gobierno, educación y trabajo erradicamos la violencia no solo en los estadios sino en todo nuestro entorno.

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