El escándalo
Por Esteban Jaramillo Osorio
Tremendo escándalo. Material explosivo el de Gabriel Camargo que llenó las redes de insultos, con virulencia en las reacciones de los involucrados. Dijo su verdad, respecto al fútbol femenino, el que señaló por sus comportamientos extradeportivos.
Otros directivos afirman lo mismo en voz baja. Acogen ellos el mandato FIFA de impulsar un campeonato entre mujeres a regañadientes y arman sus equipos sin convicciones.
El tema, por lo delicado, no debe tratarse a ligera. Merece desmenuzarse con posturas serias, sin oportunismo. Es cierto que hay homosexualidad en el fútbol femenino. Tantas de las deportistas lo han aceptado en público. Como lo hay dentro del arbitraje, en el fútbol de varones y entre periodistas, lo que no permite estigmatizar a sus actores. También hay bisexualidad. No infieren estas conductas en el rendimiento en las canchas, ni en la forma de socializar en camerinos, como tantas veces se ha dicho.
No es delito ser lesbiana y menos consumir licor, pero en este mundo intolerante, las palabras sin prudencia de Camargo, han causado estupor como colofón a un año plagado de escándalos en el fútbol nacional.
El país se ha enfurecido y los hipócritas de plácemes enarbolando banderas críticas. Muchos lo saben, desde hace años, que gran parte de lo dicho por Camargo, es cierto.