James, levanta la voz…
Dos zurdas mágicas, para abrir la puerta de un celebrado triunfo del Real Madrid, frente a un modesto equipo, al que aplastó sin contemplación y sin reparos. De la misma manera que el ego de Cristiano se mancillaba, tambaleante su trono, sin participación alguna en las espectaculares maniobras que precedieron los goles magistrales