
Los Fariseos Y El Balón
En tiempos pasados de semana Santa, las abuelas beatas, con mantos en la cabeza, permanecían por horas rezando en las iglesias, por sus hijos y sus nietos. Las procesiones, con millares de devotos en las calles, se movían solemnes por los barrios populares, con santos a hombros de incansables feligreses, que bamboleaban al son de las bandas de guerra o la música religiosa.