A VUELAPLUMA
Este domingo 8 de marzo estaré en la caminata por LA VIDA, cogido de la mano con mi esposa, mis hijos y mis nietos. A ellos les he infundido que LA VIDA es sagrada, inviolable, única e irrepetible. Son tantos y tantos los calificativos y adjetivos que se nos pueden ocurrir que llenaríamos varias planas. Que la cuota inicial de la utopía de LA PAZ, es la consagración del derecho a LA VIDA.