Me sacan muerto…
El hincha quiere la camiseta blanca ambiciosa, traspirada, agresiva y decidida. Quiere el esfuerzo máximo en cada jugada como si fuera la última. Quiere ver, en el cierre morboso y pasional del domingo, un grupo con actitud y juego, marcando diferencias en el rendimiento, con un fútbol asociado y solidario, que sepa maquillar las deficiencias.