El hincha, desmedido en los elogios, es brutal en sus palizas
El hincha, desmedido en los elogios, es brutal en sus palizas. El salto de un estado de ánimo a otro está ligado estrechamente al resultado. Siempre el futbolista en la línea de fuego, para vivir en una jungla o en el paraíso. Si gana, “ un duro de matar”; si pierde, un villano que juega con los sentimientos del pueblo.