El gran capitán.
Se asume que el capitán de un equipo es su más importante jugador. Y lo es por goles, por juego, por su ascendencia entre los compañeros, o la influencia interna y externa. Por su talento, o por la forma en que impulsa la pasión. Por su espíritu ganador, su solidaridad grupal, o por preservar en el campo las ideas del entrenador.