Unas horas en Mónaco
Soñar en vivo, con las ideas que proyectamos, no cuestan ninguna fatiga; tampoco erupciones, pesos, centavos, ni billetes de dólar. Son agradables olas de imágenes volando en nuestra cabeza. Muchas experiencias se han desarrollado sin ser producto de las aspiraciones que queremos realizar, sin sentir las punzadas del alma como los llamados incesantes a una puerta.