domingo enero 26 de 2025
Reportero: Esteban Jaramillo Osorio.
Esteban Jaramillo Ososorio 02

Nacional: los bellos momentos de un campeón

El futbol, esta repetida, interminable y seductora historia de artistas, aplausos, conciencias y títulos. Arrebatador, con el encanto del triunfo, la pasión desbordada de los hinchas, sin el cinismo de las trampas.   Siempre incierto a pesar de los vaticinios favorables, con Nacional campeón por la calidad técnica de sus jugadores, sus objetivos claros, con ideas y músculos, sin remolques arbitrales, con figuras predominantes de inigualable cotización.

El Profe Luis Fernando Montoya con su esposa y el periodista Esteban Jaramillo

“El profe” Montoya, no es cuerpo estorbo, es alma libre

Día a día proporciona una inspiradora visión de la vida, sin movimientos en su cuerpo, cuadripléjico, pero dueño de ideas, pensamientos, mensajes y optimismo. Veinte años lleva atado en silla de ruedas, acostado en una cama, en medio de especiales atenciones de los médicos y asistentes de la salud,  con su esposa Adriana y su hijo Santiago, sus familiares y sus amigos, del fútbol, soporte inquebrantable para enfrentar su desventura.

Once Caldas frente al América de Cali

Letal el Once… el velorio del América

El Once Caldas puso a su favor los momentos decisivos del partido ante América con tres goles maravillosos, incluido el penalti que redimió a su autor, el venezolano  Hernández.  Pudieron ser cuatro pero Roldán, el árbitro, pitó una mano que pocos vieron en la cancha, por la complejidad y falta de claridad de las imágenes analizadas. Fue otra noche fabulosa de Dayro, agigantado, sonriente, alegre en los brindis con la afición que lo am

Ecuador sorprendió a Colombia en su casa. Foto CONMEBOL 2

Los dioses en paro, las piernas en crisis

Perder no es una tragedia, no es una catástrofe, no es el fin del mundo. No puede enceguecer a los aficionados, hasta llevarlos a la esclavitud de los pensamientos y sentimientos destructivos y malignos. El fútbol entra por los ojos y por los oídos lo que justifica el desagrado de los aficionados, a la espera del tiro de gracia para liquidar el partido, que nunca llegó.