Cuestión de resultados…
El sábado, el Once Caldas perdió dos puntos ante el Unión y, contra Equidad, ganó tres. Resultado vital en el propósito de alejar fantasmas de la tabla. Pero el reto semanal continúa con sus acentuadas exigencias.
El sábado, el Once Caldas perdió dos puntos ante el Unión y, contra Equidad, ganó tres. Resultado vital en el propósito de alejar fantasmas de la tabla. Pero el reto semanal continúa con sus acentuadas exigencias.
Dicen los pragmáticos que las únicas verdades del futbol son el gol y el triunfo. Algo rebatible considerados la pasión del hincha, el juego con sus efectos, la calidad de futbolistas distintos, las exitosas fórmulas de pizarrón de los entrenadores campeones y el impacto que en la memoria tienen grandes tardes.
Hace un año, como preámbulo a su enésimo fracaso, uno más en seis torneos, el Once Caldas agitó el mercado con preferencia a la cantidad sobre la calidad. Como catarsis, hoy se mueve con raciocinio, incorpora jugadores con mayor juicio, sin revolucionar el ambiente, algunos de ellos confiables,
Se agita el mercado del futbol, en instancias previas al comienzo de la liga colombiana, que envejece. Entre especulaciones y desmentidos aparecen también los golpes de opinión con nombres rimbombantes de quienes creen que solo con estrellas se arma un campeón,
Hace un año, en su enésimo fracaso, el Once Caldas “huía hacia atrás” entre promesas de un Dream Team que resultó sonoro fiasco. Como catarsis, hoy mueve el mercado con raciocinio, incorpora jugadores con mayor juicio, pero pocos con el rótulo de estrella o como garantía plena de su calidad diferencial.
Acostumbrado a sus jugadas maestras que lo mantienen en la cúspide, pero también a su desbordada egolatría, Cristiano Ronaldo vive, entre triunfos resonantes y caídas estrepitosas, los compases finales de su brillante carrera.
Con la necesidad de vivir presente y futuro al tiempo, dada la urgencia para conformar un equipo competitivo para el próximo año, confronta el Once Caldas los últimos compases de un torneo frustrante, provocador, para el olvido.
Al amparo de los empates, en medio de nerviosa expectativa, sobrevive Colombia pujando por clasificar al mundial, sin identificar la forma ideal de jugar. *Desorientada, la selección excita en los tramos finales de los partidos, cuando se sacude de los miedos, invade zonas de ataque, pone el partido patas arriba y convierte a los porteros rivales en figuras*.
Decenas de errores frente a la portería se han visto a lo largo de la historia, de futbolistas calificados por sus estadísticas, como goleadores. No es el de Zapata, contra Uruguay, el único. Infalibles no son los delanteros, así gocen algunos del privilegio de resolver con acierto la mayoría de las jugadas frente al portero.
Se eleva de nuevo el termómetro emotivo de la selección, desde el primer toque, con el espléndido video de los niños, hijos o parientes de los futbolistas, regocijados con espontaneidad, candor, alegría y desparpajo, propios de su edad, celebrando la citación del cuerpo técnico. Idea bien “craneada”.