Anteponer Las Fiestas A La Vida
Una fiestecita o tremenda rumba, nunca serán más importante que la vida; si valoramos la vida, seremos más conscientes que por esos pocos minutos de felicidad traslapada de incertidumbre podrá llegar la fatalidad. Ponderar, será entonces por unos minutos esas dos situaciones; con los pies en la tierra y no debajo de la tierra en un cementerio.