¡La mano de Dios!
Sobre la Sierra de María, a 2 mil 215 metros sobre el nivel del mar, más cerca deL cielo, más cerca de Dios, cuelga una ciudad blanca, ecléctica, que en Los aleros del orgullo exhibe sus heridas de guerra, sin más preámbulo que el olor de su nombre: ¡Manizales de malva!