Mi encantamiento con García Márquez
Tenía 16 años cuando leí ‘Cien años de soledad’. La leí porque quería sacar mis propias conclusiones, ya que había escuchado comentarios adversos. Así me encontré hipnotizado en las primeras líneas con el día en que el niño fue a conocer el hielo, y, en adelante, todo me resultó encantador. Ya sabía que era el mismo autor de ‘La hojarasca’ y ‘El coronel no tiene quién le escriba’, libros que me habían gustado.