Carta al padre
Guardo memoria de la tierra negra y húmeda de la tumba, el cielo espeso de nubarrones grises, un par de músicos con sus guitarras que entonaban canciones lacerantes, el cortejo fúnebre que nos acompañaba: los familiares, tus amigos, mis amigos, los rostros mustios, el ataúd que descendía al fondo de la tumba sostenido por una polea, la lápida de mármol recién inscrita