Los cuadernos de Maluma
La vida breve, estridente y archifamosa de Maluma, tiene un eco, sólo en el título, de la mentada y multipremiada novela de Juan Gabriel Vásquez: ‘El ruido de las cosas al caer’.
La vida breve, estridente y archifamosa de Maluma, tiene un eco, sólo en el título, de la mentada y multipremiada novela de Juan Gabriel Vásquez: ‘El ruido de las cosas al caer’.
Eduardo Escobar, el último de la generación de poetas nadaístas, podría padecer una que otra las quejumbres de la vejez, pero no la vejez. Por el contrario, a sus 70 años le saca el cuerpo a los viejos, por más amigos que sean, dice, lo deprimen.
Que el camino a la gloria -aunque suene a clisé- está cubierto de espinas y abrojos, esa es una verdad de a puño.
Eran tipos tan comunes y corrientes como los que cualquier peatón, usted y yo, se puede encontrar en un paradero de buses, en la caja de un supermercado, en la fila de un banco, en la banca de un parque, a la salida del cine.
Son las más ruidosas y desparpajadas, abundantes en viandas y bebidas, en personajes de distintas pelambres y estirpes, en anécdotas y chismorreos, aunque a veces, por excesos, tienen desenlaces funestos, de pabellón de urgencias, frenocomio o funeral.
La paráfrasis garciamarquiana tiene que ver esta vez con el enorme vacío que ha dejado el mexicano menudo, ingenioso y bonachón, que hizo de los asuntos simples de la vida en su vecindad, una lección de honor, de fraternidad y de grandeza, aplicable a todas las sociedades latinoamericanas.
De no haber sido por la metida de pata de la Señorita Huila, Laura Saavedra, cuando dijo que Nelson Mandela era el creador del Concurso Nacional de Belleza, y del veto que don Raimundo Angulo le puso al champetero Mister Black, el tradicional evento de las beldades emperifolladas hubiese pasado este año con más pena que gloria.
Con una cobertura mucho más amplia que en años anteriores, 190 expositores y más de 300 actividades, el Salón del Ocio y la Fantasía 2014, que en su sexta versión abrió sus puertas el pasado jueves en Corferias, ratifica su posicionamiento como una de las vitrinas creativas y de entretenimiento más importantes del país, con la creciente expectativa de convertirse en un viaje itinerante por diferente ciudades y regiones de Colombia.
Había que buscar algo para que la vida no fuera tan pusilánime, como había sido con ella desde que empezó a tener uso de razón y en solitario se preguntaba a qué diablos la habían invitado a semejante baile, con esos rostros horribles de borrachos hediondos
Al decir de Horacio Oliveira, en sus escasos instantes de lucidez, producto de sus interminables borracheras en el Club de la Serpiente, podríamos citar que, como el Jazz, Cortázar “es inevitable como la lluvia, el pan y la sal”.