Alfredo Gutiérrez: Genio legendario y feliz
Alfredo estaba sentado en el patio viendo a Calixto limpiar el polvo de los pitos de su acordeón, cuando llegó un señor con un recado: Calixto, tiene un aviso de Medellín, que atienda la llamada en una hora. Calixto caminó las veinte cuadras hasta el teléfono de la plaza Majagual de Sincelejo. Llegó dos horas después emocionado y con la lengua afuera.